¡A elegir a nuestros servidores públicos!

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24 de noviembre de 2021
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12:16 am
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¡A elegir a nuestros servidores públicos!

Óscar Lanza Rosales
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El próximo domingo es una fecha importante para la ciudadanía hondureña -que ostenta el poder soberano y supremo de la nación- para decidir y elegir a los conciudadanos que en forma voluntaria se han ofrecido como candidatos para servir -óigase bien, para servir y no servirse para su provecho personal- al pueblo hondureño en el gobierno de los próximos cuatro años, supuestamente para mejorar su bienestar social y económico, sacar de la pobreza a miles de personas de bajos ingresos, reducir las desigualdades, en un ambiente gobernable y de armonía, mediante una estrategia inteligente de desarrollo, que atraiga más inversión nacional y extranjera, para generar riqueza y más empleos dignos.

Ese poder soberano, los ciudadanos lo hacemos realidad cuando vamos a ejercer el sufragio, un derecho consignado en nuestra constitución. Que según el experto alemán, Michael Helge, “se considera el mayor bien de la democracia representativa, a través del cual, el pueblo delega su poder a los elegidos”: los diputados al Congreso Nacional, el presidente y designados del Poder Ejecutivo; los alcaldes y regidores de las corporaciones municipales; delegación que, según José Luis López González, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Madrid, “tiene el objetivo de la búsqueda de los mayores beneficios para las mayorías, como el bien común, la convivencia pacífica, la gobernabilidad, el desarrollo y la perennidad de las instituciones republicanas”.

El voto -según este autor- “es la expresión de mayor significado, que tiene todo pueblo de dar a conocer su voluntad soberana y de exigir que se le respete y a que se le tenga como tal. Como consecuencia de esto, tanto los partidos políticos, con sus candidatos, los organismos electorales, como las autoridades de gobierno, deben guardar un reverente y explícito respeto por esa voluntad popular expresada a través del voto; respeto que debe evidenciarse en las campañas políticas, teniendo el cuidado de no ofrecer opciones engañosas, planteamientos programáticos insostenibles, soluciones aventuradas u ofertas revestidas de la más desvergonzada demagogia”.
En tal sentido, López González, “recuerda a los ganadores en las elecciones que no tendrán un poder ilimitado; por el contrario, han de respetar la Constitución, someterse al control político ejercido por el Parlamento y al jurídico, del Poder Judicial. No deben olvidarse, además, que se trata de titulares ocasionales del poder que han de rendir cuentas en sus actuaciones y toma decisiones en el gobierno”.

Ya en mi caso personal, lo que quiero decirles a los candidatos que van a competir en esta contienda, que el pueblo, que es el poseedor del poder supremo, no va a concurrir a las urnas este domingo para elegir emperadores, reyes, potenciales tiranos o dictadores, sino a conciudadanos para que nos sirvan con eficiencia, con esmero y alta sensibilidad humana en el marco de la actual Constitución.

Los elegimos, no para que se vuelvan potentados, con altos sueldos, o para que coloquen a su parentela en el gobierno, como ha sucedido desde que nos independizamos de los españoles, mientras la mayoría del pueblo que los elige y les paga sus sueldos y prebendas, sigue en la miseria, sobreviviendo hasta con un tiempo de comida.

Yo todavía no asimilo, que nuestras generaciones de políticos en 200 años de vida institucional, no hayan sido capaces de elevar el nivel de bienestar de nuestro pueblo, y más bien han contribuido a que nos mantengamos entre los países más subdesarrollados y atrasados del planeta. Y esto más, que la diferencia de ingresos entre gobernantes y gobernados en vez de achicarse se hace más grande. Ahora los sueldos de los diputados, más sus prebendas andan alrededor de 200 mil lempiras, 20 veces el salario mínimo que gana la mayoría de los hondureños que tienen un empleo. Eso es lo que yo no concibo que los servidores que elegimos para gobernarnos resuelvan con mucha solvencia sus problemas económicos, mientras que la gran masa de electores vive cada día en una situación más precaria.

¡Ya basta! Es un imperativo que los nuevos gobernantes que vamos a elegir este próximo domingo, hagan realidad esa aspiración, que al poder se debe llegar para servir al pueblo que lo eligió de manera adecuada, eficaz, justa y con transparencia.

Un llamado a los ciudadanos que van a ejercer el sufragio, que no nos volvamos a equivocar, como ha sucedido en el pasado, y que lo hagamos a conciencia, por un futuro prometedor de nuestros descendientes.
Y a los partidos y políticos, que practiquen unas elecciones libres, limpias y en paz, como un ejemplo de democracia.

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