Elecciones estilo Honduras

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24 de noviembre de 2021
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12:18 am
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Elecciones estilo Honduras

Noé Pineda Portillo
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Hace algún tiempo escribimos un artículo con ese título en este mismo Diario, con el propósito de hacer conciencia histórica e ir mejorando nuestro andar político para el beneficio de nuestra atrasadita Honduras. En aquel entonces decíamos estas historias:

“Desde mediados del siglo pasado, más específicamente desde las elecciones de 1956, donde Ramón Villeda Morales candidato del Partido Liberal ganó las elecciones, pero como según la ley debía ser votación absoluta, el vicepresidente en funciones de ese entonces, porque el presidente Juan Manuel Gálvez, se había retirado, don Julio Lozano Díaz, quien a la vez se declaró jefe de Estado y el Congreso Nacional dominado por los nacionalistas, no se presentaron a la Asamblea Legislativa para decidir y nombrar al presidente, lo cual obliga a Lozano una vez en el poder legitimarse convocando a otras elecciones, dando como resultado en forma abrumadora el Partido Nacional con 370,318 votos contra el Partido Liberal con 41,724 votos, resultado de un gran fraude. Debido a este fraude fue depuesto por las Fuerzas Armadas formándose el triunvirato del general Roque J. Rodríguez, coronel Héctor Caraccioli y mayor e ingeniero Roberto Gálvez Barnes. A raíz de esas elecciones y del golpe de Estado militar, se profundiza la desgracia de Honduras. Desde ese entonces también se viene hablando de “elecciones estilo Honduras”, y esto es porque desde allí para acá las elecciones generales de Honduras se han caracterizado por un eterno fraude, tanto de “timbucos como de calandracas. Tal como solía decir el gran periodista Alejandro Valladares”.

Creemos que el gran retraso económico de Honduras en relación a los otros países vecinos de Centroamérica y en América Latina, se debe en gran parte a la falta de conciencia política de los líderes en contienda, a la falta misma de educación de la gente en esos procesos y si esto no se corrige normalizando debidamente estos procesos políticos, siempre seguiremos por sécula seculorum en estas situaciones y el país en eterno retroceso.
Ahora mucha agua ha corrido bajo el puente, los tiempos han cambiado y los organismos electorales han cambiado al tenor de las nuevas leyes aprobadas con el ánimo de hacer las cosas con transparencia ciudadana, o con verdadero civismo, jugando limpio, para que las cosas salgan mejor y no existan rencores ni venganzas sin razón. Se dice que a los pueblos se dan los gobiernos que se merecen, si son retrasaditos así tendrá su gobierno y si son inteligentes, así tendrán su representación.

Nos duele seguir viendo a Honduras en estas circunstancias de retraso, sin rumbo, sin brújula, sin líderes que puedan aportarle a la grandeza del país, pero líderes con dignidad, con honradez, con preparación intelectual y con dinamismo de liderazgo avasallador y con autoridad, para seguir en forma planificada la superación del país.
Se supone que elegir representantes para los cargos públicos, es potestad o privilegio de los habitantes de un país, para que los represente con dignidad y entereza cívica, con dedicación y honradez y sobre todo, para que el país progrese en libertad y verdadera democracia. Si todos nuestros países han estado salpicados de corrupción y mala gobernanza, las elecciones, son las oportunidades para elegir los mejores y que nos gobiernen en paz, prosperidad y plena libertad.

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