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24 de noviembre de 2021
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12:13 am
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La misión

Independencia y recuperación patria

Abog. Octavio Pineda Espinoza(*)

Se define el presente y el futuro del país el 28 de noviembre en un proceso que ha estado plagado de obstáculos, interrupciones, malas intenciones y suspicacias de todos lados, si a eso le agregamos la incertidumbre que creó el hecho que el Congreso Nacional jamás tuviera la voluntad política de crear una nueva Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas y que hayan torpedeado el proceso del diálogo político que auspició Naciones Unidas, precisamente para crear las condiciones ideales para una elección transparente, formal, profesional, con reglas claras y satisfactorias para la ciudadanía que las reclamó después de las debacles electorales del 2012 y del 2017, es fácil concluir que habían muchos interesados en que no hubieran elecciones y que el gobernante y su dictadura se mantuvieran en el poder de la nación.

A pesar de lo anterior, el pueblo hondureño está ávido de un cambio después de 12 años de oscura y corrupta administración del Partido Nacional de “Pepe” Lobo y su pupilo Juan Hernández, y con seguridad saldrá a votar masivamente para producir el relevo del poder no solo en el Poder Ejecutivo, sino que también y sumamente importante en el Congreso Nacional y en las alcaldías del país. Cada ciudadano tiene la misión de votar pero sobre todas las cosas, de saber elegir a quienes le van a representar en los órganos esenciales del Estado, deben por lo tanto analizar profundamente la actividad pública de aquellos que se postulan para la reelección y de los que, por primera vez aspiran a un cargo de elección popular y no dejarse llevar por canciones, slogans vacíos y propaganda enlatada, deben analizar propuestas, personalidades, sentimientos y acciones de los aspirantes así como sus propuestas de gobierno.

El CNE tiene la misión de asegurar un proceso transparente, legítimo, adecuado, diáfano, certero, concreto y confiable, con la celeridad que otorga la tecnología bien manejada y no manipulada, con la responsabilidad de ver más allá de intereses partidarios, de grupos o peor aún, de personas, porque están en deuda con el electorado al igual que el RNP considerando que, de los 9 millones quinientos mil hondureños solo 5 millones ochocientos mil están en el Censo Electoral y que hasta la fecha, hay 500 mil compatriotas que no tienen su identidad todavía, lo que nos señala que el próximo gobierno será electo apenas con el 20% del mismo, apenas un tercio de los votantes, de ahí la importancia que tenían las reformas a la Ley Electoral, la segunda vuelta o balotaje que se desechó intencionalmente por el partido de gobierno en el Congreso Nacional.

Las Fuerzas Armadas tienen la misión de proteger el resultado electoral con el traslado de las urnas tal y como las mismas sean entregadas por las Juntas Receptoras de Votos, de asegurar además la alternabilidad en el ejercicio de la presidencia y el relevo pacífico del poder, ya que ellos también están en deuda con la hondureñidad por su actuación sospechosa y sesgada en favor del gobernante durante estos 8 años.

Los partidos políticos tienen la misión de asegurar la participación ciudadana en las urnas, de facilitarle a su militancia la llegada a los centros electorales para que ejerzan el deber y el derecho de elegir y ser electos, deben además llamar a la participación masiva y no violenta del electorado y a aceptar el resultado final del proceso si este se desarrolla con normalidad y certeza, deben ser veedores acérrimos del mismo y asegurar la presencia de sus representantes en todas las Juntas Receptoras de Votos, así como de obtener las actas correspondientes para hacer su escrutinio propio el cual puedan comparar con el conteo oficial del CNE.

Finalmente, los observadores internacionales tienen también una misión que cumplir, una que les ruego cumplan con profesionalismo, responsabilidad y neutralidad, de manera tal que se sientan orgullosos de su colaboración y de su papel investigativo así como corroborativo de como se ha desarrollado la elección antes, durante y después del 28 de noviembre. Estoy seguro que, si todos cumplimos nuestra misión ganará el pueblo de Honduras, ganará la democracia, ganarán los electores porque habrán sido parte de la historia, se habrá logrado ese cambio necesario y pacífico que todos anhelamos para la patria que nos vio hacer y a la que le debemos todo nuestro esfuerzo, nuestro amor y nuestra entrega.
(*) Catedrático Universitario. Político Liberal.

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