La reelección es ilegal
Al igual que Andrea Bocelli y José Feliciano, Stevie Wonder nunca ha aceptado la opinión de que ser invidente es una desventaja; nos lo demuestra cuando canta y mueve su testa, sonriente, celebrando la dicha de vivir sin el peso de su nulidad visual; más, sus gafas oscuras, su cabello de cauda trenzado y su atuendo extravagante lo hacen lucir incomparable.
En el aula, a sus diez años, mientras canturreaba para sí, un docente pretendió aminorarlo: “Eres pobre, negro, ciego y sin instrucción, ¿cuál es el talento que podrías expresar?”. Dos años después, una compañía disquera lo promovía como el genio ciego de doce años.
“Mi ceguera, explicó, (posteriormente) no me mueve a juzgar los libros por la cubierta, sino por su contenido. Hizo una pausa y agregó: Compadezco a los individuos que pueden ver y sin embargo no ven”.
Este cantautor afroestadounidense nació el 13 de mayo de 1950 en Saginaw-Michigan, tiene 10 hijos y es también productor discográfico y activista social.
Ha grabado más de 30 éxitos de ventas y, por sus logros ha sido premiado con 25 Grammys, asimismo, incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll donde solamente a los compositores famosos se les honorifica.
Stevie Wonder toca diversos instrumentos musicales y a través de su disquera Motown ha vendido más de cien millones de discos.
A mi canción preferida -I just call to say I love you- (Solo llamo para decir que te amo) de 1984, le siguen, Isn´t she lovely? (¿No es ella encantadora?) y Live at last (Vive al fin).
“Al talento no pueden inutilizarlo las limitaciones físicas”.
F. Caro
Tegucigalpa, M.D.C.
