¡José Ramón Adolfo Villeda Morales!

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26 de noviembre de 2021
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12:02 am
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¡José Ramón Adolfo Villeda Morales!

Por: Gustavo Adolfo Milla

Hoy 26 de noviembre día para recordar el natalicio de un ciudadano ejemplar, hijo verdadero y de estatura tridimensional ante la historia de la patria, como ser el extinto expresidente de la segunda República democrática y representativa, el doctor José Ramón Adolfo Villeda Morales, hombre de múltiples facetas en la vida nacional e internacional, de vocación democrática y defensor de las libertades públicas de sus compatriotas. Hoy el pueblo lo recuerda con mucho amor y espíritu patriótico y consagrado en el alma nacional.

Las páginas de la historia lo registran como un gran intelecto humano de filosofía humanista con grado de hermandad a los demás. Un ser humano de acento apoteósico con benevolencia de carácter afable. Era un hombre de perfil inconfundible, era sincero, honesto, honrado y respetuoso de todo bien común.

El doctor José Ramón Adolfo Villeda Morales fue sobrio de afluentes monetario, pero iluminado de esencias humanas. Él trajo de su pueblo de Ocotepeque su pasión por la justicia social y su antorcha fue la luz de la defensa de la democracia y la libertad, visionaria para un mejor destino de su pueblo y la patria. Al formular estas explicaciones previas a “las mejores oraciones políticas” de José Ramón Adolfo Villeda Morales, quiero en primer término, rendir homenaje al hondureño que ofrendó su existencia en aras de la paz de sus compatriotas, la justicia en las relaciones humanas y de equidad económica como garantía de la auténtica democracia y libertad de Honduras.

La vida política de Villeda Morales podría decirse que fue efímera, fue un itinerario relativamente breve siendo embajador de su patria en la Naciones Unidas, fue de tránsito muy fugaz y de mucha consternación en el pueblo hondureño. Todavía recordamos su partida al más allá.

Precisamente refiriéndome a esa paradójica situación personal suya, el mismo doctor Villeda Morales dijo alguna vez en agitado debate personal: “Cuando mis enemigos políticos están a la izquierda afirman que yo estoy bien a la derecha y cuando ellos se pasan a la derecha aseguran que estoy ubicado a la izquierda. Él decía, pero mi política ha sido una, y una sola mi ruta filosófica. Siempre han sido idénticos mis objetivos. Lo que sucede es que ellos, para justificar su traición y su inestabilidad doctrinaria, me sitúan a su acomodo para impedir que alguien les quite la máscara de su felonía”. (“Yo estaba muy joven, cuando el doctor Villeda Morales discursaba desde los balcones de la antigua Casa Presidencial”). Me recuerdo muy bien cuando el dictador Somoza criticaba al doctor Villeda Morales de comunista, de socialista teórico y demagogo en la práctica. Sin embargo la verdad radica en que el doctor Villeda Morales militó siempre en las filas de liberalismo hondureño, pero dándole a esta organización policlasista las tonalidades exigidas por el momento histórico que le tocó vivir y que fueron intuidas o intentadas por adversarios llenos de tóxicos letales, como siempre lo son los adversarios comunes, de ayer y de hoy.

Villeda Morales fue un hombre de mundo y cabeza de hogar, un hombre con facilidad de palabra y convincente, era un gran orador, fue grande, rompe su vida en cien pedazos y en cada uno, como en fragmentos de un espejo destrozado, encontrarán entera su figura.

Queda para otras plumas el escribir su biografía y delinear su influencia en la vida nacional, desde su alborada de estudiante se dedicó a los más altos sueños, hasta sus etapas postreras, cuando el órgano prodigioso de su garganta recogía, como una concha marina, el rumor oceánico de su pueblo.

Mi propósito es otro: intentar un esquema, una síntesis lacónica de su personalidad en los campos de la política, la ciencia, la administración y la elocuencia, breve en sus trazos pero que permita apreciar la importancia de su dimisión humana.

El doctor José Ramón Adolfo Villeda Morales es un ejemplo a seguir en los políticos actuales, con honradez y honestidad, que sean políticos probos. El gran dilema en Honduras es que el hombre político está lleno de conceptos abstractos, parece que fueran “enigma”, de significados ocultos y no se alcanzan a comprender porque se pierden en su propia dimensión en el lago de su ignorancia.

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