COMO ONDA ENVOLVENTE

MA
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30 de noviembre de 2021
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12:25 am
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COMO ONDA ENVOLVENTE

CADA cuál tendrá su versión personal de lo sucedido. Fue el voto de castigo, suele ser la explicación más citada de las derrotas. Y –en esta ocasión como en otras contiendas– no se descarta que esa pueda ser una entre muchas de las razones. Sin embargo, la sola consideración que la gente vota en contra de algo no solo es una presunción simplista sino mezquina. Elude el reconocimiento de virtudes del ganador, en este caso específico, de la ganadora. Así que –si hemos de visualizar el acto electoral dotado del valor más limpio que ese sagrado derecho supone– por allí debe iniciar cualquier análisis objetivo. Xiomara –para apretarlo en pocas palabras– proyecta entre sus seguidores simpatía similar al aura que en su momento irradiaba Violeta Chamorro cuando logró unir la oposición para derrotar al sandinismo.

Aparte de ello, el coordinador de Libre, de aguzada experiencia política, hilvanó fino para presentarla –cautivando apoyos y pactando alianzas– como la única candidata capaz de vencer al oficialismo. Cuando se ha creado una convicción estigmatizando el poder, repetida como consigna –acompañada de slogans contagiosos, coreados hasta en los bautizos y de canciones pegajosas– se expande como onda envolvente en el imaginario popular. La posibilidad de ganar es un elixir reparador. Atrae militantes y prosélitos y arrastra indecisos, neutrales e independientes. Nada hay que iguale el espíritu de lucha contra lo que se presume indeseable. El partido de gobierno mantuvo su base, invirtió mucho recurso, pero cuando los ríos crecen caudalosos, no hay forma de evitar la embestida. Precisamente eso –y que la oposición iba a hacerse un nudo para asegurar la alternancia y no permitir otros 16 años continuos de un partido en el poder–lo planteamos mucho tiempo atrás. En conversaciones reservadas de amistades y de curiosos que incrédulos escuchaban los augurios. La campaña oficial de miedo al comunismo no cuajó. (Confusa si en ese preciso momento –aunque ventajoso al país– el gobierno suscribía acuerdos limítrofes con el comandante nicaragüense.) La publicidad alusiva fue ignorada por los opositores que respondieron en spots de canciones alegres y llamados de esperanza. El otro factor decisorio fue contar con un ente electoral no parcializado. Obligado a transmitir resultados y operar la información sin deslices. Además, dotado de tecnología poco susceptible a la manipulación. Mayores garantías aportó el comportamiento profesional de las Fuerzas Armadas, que en forma impecable distribuyó el material electoral y cuidó del proceso democrático.

Esta vez –esa fue insistencia nuestra cuando se dieron los acuerdos políticos de reformas constitucionales– Libre, antes sin representación en los organismos electorales, contó con un representante en el RNP y en el CNE. La mayor confianza en el proceso comicial de eso dependía y eso fue lo que defendimos en aras del interés nacional. De entes electorales no controlados por el oficialismo, sino dirigidos por cuerpos colegiados, garantía de imparcialidad y de equilibrio. Hay, por supuesto otros factores que incidieron en el triunfo, solo hemos enumerado algunos de los más relevantes. Ilusos –que poco o nada nos conocen–ignorando además cuánto modesto esfuerzo entregamos al éxito de esta delicada prueba, seguirán –pobres diablos– idiotizando. Pese a que la amada bandera partidaria no fue favorecida con el voto, víctima de circunstancias insoslayables, será en otra oportunidad. Inmenso alivio se siente cuando la fe no desvanece. No hay satisfacción más grande que aportar y apostar al futuro para que a Honduras le vaya bien. Decíamos que cruzar el puente –cívica y civilizadamente– para llegar al otro lado del barranco es alentador. Lo retador es lo que se aproxima. Lidiar con la crisis de un país tan lastimado es una titánica responsabilidad que requiere de mentes despejadas. Pero no todo es niebla. Hay indicios prometedores. Uno de ellos y adelante enunciaremos otros, es que el país –dadas las reservas de Washington con los vecinos– tiene una excelente oportunidad de buenas relaciones –en un plano de respeto y de cooperación– con los Estados Unidos. Guste o no, somos parte del hemisferio occidental y –perfecto que haya buenas relaciones con todos los países del mundo– pero no hay que equivocar cuáles son las cuencas tradicionales de la vertiente.

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