El ciudadano se pronunció por un cambio

MA
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30 de noviembre de 2021
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12:55 am
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El ciudadano se pronunció por un cambio

Rafael Delgado

El pueblo se pronunció claramente el domingo 28 de noviembre. De manera ordenada y cívica salió a votar y manifestó su rechazo al actual partido gobernante. Como todas las cosas del futuro, había dudas e incertidumbres sobre el desenlace, las que estuvieron presentes hasta el cierre de las urnas. Pero pesaba mucho el hartazgo de la mayoría de los hondureños que se pronunciaban duramente sobre la gestión del partido gobernante y que por consiguiente adelantaba un resultado como el que se produjo. El “fuera JOH” que se multiplicó durante los últimos años y que algunos esperaban que se quedara solamente en un pataleo y rezongo, fue en efecto mucho más que eso conduciendo al resultado electoral más claro y contundente de la era constitucional.

Habrá muchas maneras de caracterizar a los 12 años de gobiernos nacionalistas. Pero algo sin duda quedará como el común denominador de todos los análisis y apreciaciones que se hagan. Transcurrieron los años marcados por bochornosos actos en la gestión de los recursos y de las instituciones públicas que debilitaron no solamente la imagen, sino la sustancia misma del Estado hondureño. La percepción, correcta y comprobada, que desde las más altas instancias gubernamentales incluyendo la presidencia de los tres poderes del Estado se urdían los peores planes contra las leyes del país y contra el precario sistema democrático, marcaron las discusiones y las protestas a lo ancho y largo del país. Aunado a lo anterior, la ineptitud verificada en reiteradas ocasiones quedó marcada en la mente de los hondureños con el pasar de los años cuando las crisis se agudizaban en todos los campos de la gestión pública. Las tormentas tropicales y la pandemia son quizás los dos últimos eventos donde se manifestó claramente la negligencia de todo el aparato estatal preso de las consideraciones transitorias de la agenda política del mandatario y de su círculo de adeptos.

Pero se me quedaba algo. Los niveles de cinismo de la cúpula son inéditos. Violaron desde sus posiciones de poder las leyes del país y se olvidaron de los principios y valores básicos que debe de regir cualquier gobierno. Entre lo más nefasto quedará para los análisis de la historia política del país, personajes como Ebal Díaz que conociendo las pocas posibilidades de triunfo, alardeó frente a sus adeptos que regalando dinero se podría revertir el hartazgo y manipular la voluntad de la gente. Vaya error que los hundió más.

El gobierno de Xiomara Castro deberá ser un liderazgo político y económico totalmente diferente a la caracterización del actual si desea marcar la historia del pueblo hondureño de manera positiva. Se heredan retos sumamente altos que deberán ser abordados con vocación democrática y con respeto a las leyes. En primer lugar, se requiere elevar su gestión a la de un gobierno de grandes consensos nacionales. Solamente integrando un gobierno de unidad nacional, despojado de las acostumbradas consideraciones de cúpulas y de partido, se podrá abordar con soluciones efectivas el deterioro del Estado de Derecho y las grandes tareas de la reducción de la pobreza.

Tocará, con ese sentido de unidad nacional, reestructurar el presupuesto general de la República de cada uno de los próximos años, para hacer desaparecer el gasto superfluo, la inversión con sobreprecios y todo elemento de corrupción que infla el presupuesto a dimensiones alarmantes. Esto es clave ya que en primer lugar no hay espacio para más impuestos y en segundo lugar el endeudamiento público es elevado y el servicio de esa deuda consume grandes cantidades de dinero que le quitan espacio a la política fiscal.

Por ello es necesario identificar y reducir sustancialmente todas esas partidas presupuestarias que son contrarias a la intención de llegar hasta los más necesitados. Como jamás antes se haya visto el país requiere para restablecerse de un enfoque especial por los sectores productivos más afectados por las crisis económicas y ambientales. El país clama a gritos un mejoramiento sustancial de la inversión pública en educación, salud y en los sectores productivos más vulnerables que será posible con un gobierno comprometido solamente con su país.

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