El cruel e inapelable voto de castigo

MA
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1 de diciembre de 2021
/
01:04 am
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El cruel e inapelable voto de castigo

Carlos Medrano
Periodista
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Las elecciones generales 2021, han dejado profundas lecciones, dignas de estudios y análisis del comportamiento humano, frente a gobiernos que no responden al clamor popular y que endiosados olvidaron su rol y se dedicaron a cometer barbaridades en contra de quienes los eligieron.
El voto de castigo ya se olía por donde sea, el descontento público era evidente por donde uno iba, los errores del Presidente de la República, que enfermizamente nunca quiso perder su protagonismo, pese a un rechazo general, fue sumando a este triunfo de Xiomara Castro de Zelaya.
Los errores del Partido Nacional sumaron a la derrota de “Tito” Asfura quien pareciera fue víctima de una ecatombe que se miraba venir.

Tener a un David Chávez, discursando en condiciones lamentables y después justificando su comportamiento, fue la “cereza del pastel” para quienes ya estábamos al borde del “hartazgo”, en contra de un instituto político que se olvidó del pueblo y se dedicó a enriquecerse vulgarmente.
La suma de malas decisiones que en 12 años de gobierno empobrecieron al pueblo, nos lleva a estos resultados que canalizó muy bien la oposición liderada por el Partido Libre, quien no insultó, no denigró personalmente a nadie y no respondió al ataque de los cachurecos.
La campaña mediática invocando a un comunismo trasnochado, metiendo miedo injustificado con discursos pasados, la campaña contra el aborto, los ataques a “Mel”, dejando a la candidata Xiomara con su imagen intacta, fueron parte del coctel de malas decisiones del partido gobernante.
No hay duda que la situación económica fue una lápida en contra del desesperado Asfura que en un esfuerzo extraordinario, miraba como no se hundía el barco que todavía estaba a medio flote, pero que ya navegaba todo parchado y con agujeros por doquier.

La sumatoria de incremento de impuestos que afectaron a las clases desposeídas como el aumento del Impuesto Sobre la Venta, (ISV), aumento de los combustibles, inflación galopante, aumento de una burocracia “salvaje” que consume buena parte del Presupuesto General, endeudamiento sin control e incapacidad de un gobierno indolente, sumó a esta derrota aplastante.
La imposición de un proyecto de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico, ZEDE, que crean autonomía dentro de nuestro territorio, cercenando nuestra soberanía y creando privilegios para empresarios extranjeros en desmedro de los nacionales, añadieron al descontento popular.

La adquisición de los hospitales móviles, considerados unos de los actos de corrupción más infames en contra del pueblo, que se agrega a otro evento deleznable como fue la corrupción en el Instituto Hondureño de Seguridad Social, (IHSS), le “explotó” en la cara al Partido Nacional de Honduras.
El manejo errático de la pandemia de la COVID-19 y los actos de corrupción señalados, las muertes por no tener una infraestructura hospitalaria frente a un fenómeno sanitario mundial, indigno a cualquier hondureño bien nacido.
Todos estos actos de corrupción con una impunidad “pasmosa”, rebalsó la paciencia de un pueblo cuya única arma fue su voto en las urnas, hacerse valer frente a la impotencia y lograr una reivindicación honrosa en contra de todo este desmadre.

El voto de castigo es el premio que ganó el Partido Nacional, un voto de castigo en contra del Presidente Juan Orlando Hernández, quien se reeligió de manera ilegítima y quien fue incapaz de dirigir a un país ávido de oportunidades, de trabajo, de salud y educación.
Hoy el pueblo habló, le pasó la batuta al Partido Libre, quien tendrá un reto inconmensurable, y que, si no trae a la MACCIH, si no combate a la corrupción pública de manera firme, si no crea las condiciones para mejorar la salud y la educación, en 4 años tendrá el voto inapelable para que salgan del poder y venga un nuevo redentor.

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