¿ADORNOS?

ZV
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3 de diciembre de 2021
/
12:48 am
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¿ADORNOS?

COMO decíamos ayer, muchos no sienten ni cosquillas que vengan metiches a medrar en los asuntos internos del país que solo compete a los hondureños. Más bien hay sectores que pasan implorando ese manoseo. Ahora que al fin hay alternancia democrática, esperemos que también haya voluntad de cambiar ciertas actitudes. Digamos, como esa carencia de autoestima que demerita lo propio y quema incienso a lo de afuera. Esa poca valoración por lo nuestro –desde lo hecho en casa hasta el talento humano que, dicho sea de paso, hay en abundancia– y deslumbramiento por lo que no lo es, da pauta para que al país se le vea de menos. Nadie va a respetar a alguien que, por falta de seguridad en sí mismo, no infunde respeto. De allí que los visitantes presumen que este sea pueblo dócil, fácil de irrespetar. Las misiones de observadores que presenciaron el proceso comicial llegaron por invitación del ente electoral.

Es impertinente, además inaceptable, que estando en el país anfitrión, alguno de ellos quiera regañar o desmerecer a quien lo invita. Menos si desconocen –no estuvieron aquí durante se operaron innumerables reformas legales y sustanciales cambios valorativos para que esto no fuera nada parecido a lo viejo– el gigantesco trabajo realizado y el inmenso empeño entregado en la realización de elecciones confiables y exitosas. Cosa distinta a reprochables episodios pasados. Ese rosario de reclamos de una señora observadora a un proceso que supera toda expectativa es improcedente. Igual de desafortunado es cualquier comentario subjetivo a entes electorales que cumplieron bien su obligación constitucional. Más bien contradictorio de misiones cuyo rol es observar no inmiscuirse. La confusión de los ilustres invitados pudo ser que algunos de esos sectores con los que se entrevistaron llegaron con una lista de quejas. (Los malos resabios que por orgullo patrio hay que arrancar). Como deseando que árbitros con silbato o policías con cachiporra, vengan a poner en orden a los paisanos del patio doméstico. No hay como adivinar qué informe de recomendaciones –o instrucciones– vayan a elaborar cuando concluya la veeduría. Más bien –por dignidad nacional– la autoridad electoral debiese pedir al embajador de la Unión Europea –un diplomático prudente siempre dispuesto a ayudar al país– que informe allá sobre la naturaleza de lo que mandaron. Si a la democracia hondureña le fue bien, si se produjo la deseada alternancia en el ejercicio del poder, si el amable público salió jubiloso de la experiencia y nuevamente con esperanza de futuro, inapropiado es paramentar el sistema político –que responde a la idiosincrasia del pueblo hondureño– de adornos más propios a la cultura de otras sociedades en otras latitudes.

Como botón de muestra de la actitud correcta de funcionarios internacionales a los que el país agradece su presencia.La Coordinadora residente del Sistema de las Naciones Unidas, Alice Shackelford, –mucho mejor informada– destacó que las elecciones generales se desarrollaron en paz y tranquilidad. “Hay que celebrar que los hondureños y las hondureñas salieron a votar en paz, eso ayuda al fortalecimiento de la democracia”. “Reconocemos el trabajo del Consejo Nacional Electoral (CNE), han hecho un muy buen trabajo, al igual que el RNP con el proyecto Identifícate”. “Reconocemos también el rol de las Fuerzas Armadas, han desarrollado un papel muy importante y han hecho un trabajo muy fuerte”. El Secretario de Estado de EE. UU., Anthony Blinken, alabó las elecciones democráticas en Honduras: “El pueblo hondureño –dijo– ejerció su poder de votar en unas elecciones libres y justas”. (¿Qué diría el Sisimite si, a meter la cuchara, lo invitan en misión de observadores a las Europas? Ni lo quiera la Virgen que vaya con pito y con tolete).

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