Cuando la euforia pase ¿qué se podrá esperar?: regresión de doce años en el tiempo o la gran panacea

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4 de diciembre de 2021
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12:03 am
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Cuando la euforia pase ¿qué se podrá esperar?: regresión de doce años en el tiempo o la gran panacea

Por: Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación ®

En una contienda política electoral de un país como el nuestro, los resultados han sido bastante predecibles, por ahí algunos márgenes de error estadístico pero nada fuera de lo previsto; igual se esperaba que sucediese el pasado 28 de noviembre, se especulaba una dura batalla entre Libre/PSH (Libre) y el Partido Nacional, a prudencial distancia los liberales, pero al filo de las 8:10 p.m., se comenzó a develar la contundente victoria de Libre, que simple y llanamente arrasó en estas elecciones. El pueblo se volcó a las urnas y brindó su veredicto, sin lugar a dudas a raíz de esto, vendrán los analistas expertos y los centros de pensamiento a desmenuzar los detalles, motivos y orígenes de tan estrepitosa caída del nacionalismo.

Nuestro país experimentó dos fenómenos políticos nunca vistos: el más alto porcentaje de votantes en una elección y el acceso a las urnas de unos 600 mil jóvenes que ejercían el sufragio por primera vez, cuya memoria política se remonta a los trágicos hechos del año 2017 y poco o nada saben de los discutidos acontecimientos del 2009. El fenómeno tecnológico que se ha dado en otras latitudes, ahora se manifestó en nuestro entorno, recordemos la Primavera Árabe y para no ir tan lejos el efecto Bukele en El Salvador, el aprovechamiento de la dependencia de las redes de la mayoría de la población, sobre todo la juventud, será siempre canalizado a favor de quien satura al conglomerado, con promesas que ilusionan, que seduce o que obnubila, esta maniobra se ejerce por todos los sectores, pero siempre se inclina hacia quien se victimiza o usa el disfraz correcto.

“La victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana” frase de Napoleón Bonaparte, que es muy utilizada en estos casos, cuando los victoriosos deliran de felicidad y tardan algún tiempo en aterrizar a la realidad, esto es por supuesto: justo, comprensible y merecido; lo contrario ocurre con los derrotados, entre los cuales reina el señalamiento, el dolor y la tristeza; pero si algo se debe reconocer, es la entereza y caballerosidad de “Tito” Asfura, cuando sin mucho escándalo pidió a doña Xiomara un espacio de su ocupada agenda, para felicitarle personalmente y hacer lo que él más sabe: ponerse a la orden; con cautela debo decirlo, quizá “Papi” fue el cordero sacrificado. Demás está decir que hubo factores de peso ya conocidos, actos derivados de excesos, acciones y omisiones cometidas en el actual gobierno nacionalista, cuyo efecto contribuyó a la apabullante derrota. Hay que reconocerlo, en un término de una década, el bipartidismo está en precario, uno en postración casi comatosa y el otro gravemente herido, ha sido fácil, sus fallas son por obsolescencia y autodestrucción, lo demás es cuento conocido.

En relación a los triunfadores, hace algunas semanas, comenzó a circular en las redes, un documento que contiene el plan de gobierno de Libre, es un escrito claro, que puede ser entendido por quienes se dignen leerlo, en esencia es la base de lo que se vino recalcando durante su campaña. No podemos criticar u objetar algo que no sabemos cómo se pretende cumplir, de momento todo parece caminar sobre rieles, los empresarios se ven contentos, coordinados e intercambiando ideas con el equipo de transición, todo es felicidad en la patria y se espera un traspaso de gobierno en paz.

Aunque Libre llega al poder por primera vez, su principal figura y máximo dirigente de ese partido ya fue gobierno, suficientemente conocida la historia, buena o mala es parte de las lecciones aprendidas para unos y de asuntos pendientes para otros; hay que evaluar ¿se quiere avanzar o permanecer en un círculo improductivo para siempre? Estar esperando la oportunidad para comenzar de nuevo en el mismo lugar y con la misma idea significa retroceder en el tiempo.

Consecuentemente, que un partido político pertenezca a uno o varios foros internacionales de tendencia socialista, no significa necesariamente que traerá a su país, ideales exóticos ya probados y fracasados. ¡No hay una receta estándar ni un medicamento único para todos! Obviamente necesitamos corregir, aplicar justicia, controlar, crear oportunidades; los gobiernos se eligen para gobernar y hacerlo bien, quien se ha salido de la línea es bajo su responsabilidad.

Es necesario romper esquemas; pero, para ello no es necesario refundar lo que ya existe o rehacer lo que está hecho; solo se necesitan líderes, rodeados de equipos de trabajo idóneos, probos y leales a la patria. ¡Pregunta de rigor! ¿Cuántos años lleva la primera potencia del mundo con la misma Carta Magna? ¡Cualquier ley por perfecta que sea es solo papel si no se sabe aplicar!

Hay que recordar que Libre para triunfar abrumadoramente, necesitó del apoyo de partidos de orden democrático, esencialmente el PSH.

Ojalá y la primera mujer presidenta de Honduras lo logre, y que se convierta en un símbolo paradigmático por su género, pero más por su gestión.

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