Lecciones a los partidos políticos

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8 de diciembre de 2021
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12:06 am
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Lecciones a los partidos políticos

Óscar Lanza Rosales
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El pueblo hondureño, en las pasadas elecciones del 28 de noviembre, vivió una fiesta cívica, al mostrar un comportamiento ejemplar al acudir a las urnas a depositar su voto. Con sus votos, también envió mensajes importantes a los partidos políticos participantes, en especial a los partidos protagonistas.

Comencemos con el Partido Liberal (PL), que ha venido perdiendo las elecciones en forma estrepitosa, a tal grado que su votación en las generales, con relación a las internas en cada período, se ha ido reduciendo a 88% (2013), 69% (2017) y se espera que descienda en el 2021 a 46%. El Partido Liberal no se ha dado cuenta -qué a raíz del golpe de Estado del 2009- pasamos del bipartidismo al multipartidismo y que, por lo tanto, la forma de hacer política ha cambiado radicalmente. A partir de ese año, el Partido Liberal debió olvidarse de su pasado glorioso y hasta de sus slogans que correspondían a la antigua cultura política del bipartidismo; también hacer borrón y cuenta nueva, y comenzar a considerar las alianzas y coaliciones, para alcanzar cuotas de poder, como lo han hecho el Partido Salvador de Honduras (PSH) y el PINU-SD, con el Partido Libertad y Refundación (Libre), cuya candidata, la señora Xiomara Castro, ha salido vencedora en las recientes elecciones.

El Partido Liberal debió haber considerado su adhesión a esa Alianza Opositora (AO), formada por esos tres partidos, sacrificando a su candidato presidencial, Yani Rosenthal, que, en los meses previos a la elección, se vio que no tenía ninguna posibilidad de triunfar. Esa es la mejor opción que tienen los partidos políticos cuando surge el multipartidismo y la polarización política e ideológica de sociedades como la nuestra.
En América Latina ese ha sido el camino, en varios de sus países miembros, principalmente en Chile, a partir de 1990, en que dejó el poder y emitió una nueva Constitución el general y dictador, Augusto Pinochet. A Chile se le considera el caso más exitoso de gobiernos de coalición, en virtud de la transición consensuada y de la disposición de los partidos a cooperar entre sí.

Una coalición de izquierda moderada bajo el nombre de la Concertación de Partidos por la Democracia, integrada por 17 partidos, se convirtió en la coalición política mayoritaria y en el eje del Poder Ejecutivo -según un documento de la Biblioteca del Congreso Nacional de ese país- logrando gobernar y hacer que avanzara la democracia y el pluralismo hasta su consolidación, durante cuatro administraciones sucesivas -entre 1990 y 2010- destacando con éxito los presidentes Patricio Aylwin y Eduardo Frei hijo, del Partido Demócrata Cristiano, y Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, del Partido Socialista.

Así que el Partido Liberal debe prepararse para bregar con el multipartidismo, con una sociedad polarizada, donde no caben medias tintas, y dejar de ser cómplice en el Congreso Nacional, en la aprobación de leyes en contra de los intereses del pueblo hondureño, con el desprestigiado Partido Nacional.

Al Partido Nacional, que le quede de lección, que su gran corrupción, despilfarro de recursos públicos, con el mayor descaro, mal manejo de la pandemia y la gestión pública, no los pudo ocultar ni con su cuantiosa publicidad y la millonada de lempiras en bolsas solidarias y bonos, a diestra y siniestra, para sobornar a los electores, que tomaron sus prebendas, pero a la hora de votar se le dieron vuelta. ¡El pueblo ya no es tonto!
A los miembros de la Alianza Opositora, que la coalición es un acto de buena fe, donde se toman las decisiones por consenso y se garantiza un trato igualitario, para los miembros grandes o pequeños, en volumen de votos. A Libre, que de los votos a nivel presidencial que va a sacar la AO, solamente 562 mil corresponden a su organización, como voto duro que sacó en las internas, más unos 400 mil votos liberales prestados, más los simpatizantes del PSH y los votos independientes. Además, que en las coaliciones se cumple los convenios con los otros movimientos, por eso es importante satisfacer el ofrecimiento que le hicieron al PSH, que uno de sus diputados presidirá el próximo Congreso Nacional.

A los partidos miniaturas o de maletín, que se abstengan en el futuro, de hacer el ridículo de participar en estas contiendas electorales, solo por lograr una tajada de la deuda política, lo cual los pone en mal predicado con la ética y la moral.

Partidos políticos: ¡Esas son las lecciones que nos dejan estas elecciones y que siempre debemos tener presente!

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