Celebración de resultados en Santa Bárbara

Por: Noé Pineda Portillo
[email protected]

Los triunfos como los aniversarios de cualquier acontecimiento histórico siempre son celebrados, eso es el resultado de la trascendencia de dicho acto y como tal merece recordarlo. En este caso se estaba celebrando el triunfo del esperado cambio social y político de la sociedad, que antes se sentía avasallada por el yugo del servilismo o conservadurismo en Honduras.

El dicho de los historiadores que la historia, en muchos aspectos, siempre se repite para darle el sentido de evolución de la humanidad.

El fin de semana anterior, en el departamento de Santa Bárbara, la mayoría de los municipios tenían su celebración como resultado de los cambios que se sucedieron en sus corporaciones municipales, el contenido de estas celebraciones se celebra con fiesta bailable, comida para el populo y reventazón de pólvora. Se reunieron gentes de todas las aldeas y caseríos e invitados de municipios vecinos.

Fui invitado por la nueva corporación municipal de San Francisco de Ojuera, el pueblo donde nacimos y crecimos, por el joven alcalde José Luis Hernández Portillo (Checho). La alegría era enorme en esos momentos, pero la nostalgia también cuando recordábamos a los tíos, primos y otros parientes que fueron golpeados, maltratados, encarcelados, en tiempos del cariato, solo por el hecho de ser liberales y decir ¡viva el Partido Liberal!

Con esta alegría manifiesta, hay que pensar en el porvenir de todos nuestros pueblos, del país que se llama Honduras; porque lo que importa es la prosperidad de todo el país. No estamos de acuerdo con esos triunfalismos exagerados, porque todos estamos expuestos al castigo, ya sea por la misma sociedad cuando no cumplimos lo ofrecido como por las fuerzas de la misma naturaleza a través de los huracanes y los terremotos. Es mejor mostrar humildad y no altanería. Esto último observamos en los discursos de ciertas personas llegadas de otros lugares a la reunión.

Nos alegran las propuestas con las que se entusiasma la gente, eso hay que cumplirlo al pie de la letra, porque si no los castigos populares siempre existen. Y es que con las necesidades de servicios básicos como agua, luz, viabilidad, empleo, traspaso de ríos con puentes fijos o colgantes, fomento al turismo, conservación del bosque y fauna, de las fuentes de agua, de las tierras labrantías y la ayuda tecnológica en el campo y en la urbanidad.

Prioridades deben ser también la educación, la salud, porque cuando la población es sana y con cierto nivel de escolaridad, más fácil se da para el trabajo tecnológico y la producción tanto en el campo como en la ciudad es más eficiente y dinámica.

Esperamos que Dios ilumine a todos los niveles de gobernanza, desde las alcaldías hasta las más altas cumbres de poder político, todo sea por el bienestar de esta maltratada Honduras.