Problemas con los aliados

ZV
/
10 de diciembre de 2021
/
12:03 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Problemas con los aliados

CONTRACORRIENTE

Por: Juan Ramón Martínez

Durante cien días, Xiomara Castro, gozará de una luna de miel con todas las fuerzas que han rechazado a JOH, que forman parte del Partido Liberal; o integran los grupos independientes. Sus primeras dificultades serán -lo son actualmente- con su aliado Nasralla y con los más sectarios miembros de su partido. Tiene la ventaja que ha bregado, en forma marginal dos veces y en la última en forma protagónica, con un aliado incómodo, el más incómodo que imaginarse pueda. Tanto por lo errático que es Nasralla, como porque tiene la obsesión que gobernará a su lado, dirigiendo el Congreso Nacional y de repente, ser su sucesor. Nasralla como todo ser humano, tiene virtudes. Pero su apasionada exposición pública, su falta de control verbal y su ausencia de continuidad en su pensamiento, le convierte en un peso muerto que Xiomara Castro, deberá bregar con habilidad. Desde luego, después que haya puesto en su lugar a su propio marido que, sin lugar a dudas -por su condición de ser humano y por su liderazgo al frente de Libre- todavía sigue creyendo que esta nueva administración es la continuación de la suya y, fundamentalmente, un premio a su dedicación, indudable, en una lucha que no ha parado un día en los últimos doce años, buscando la forma de recuperar el poder perdido el 28 de junio del 2009. Hay que reconocer que Zelaya Rosales, es un hombre previsible, con una conducta política invariable, que es fiel a sus principios y caprichos; pero que, además, tiene un alto nivel de pragmatismo, aprendido en esta larga lucha en la que se ha enfrentado a todos. Y al final, apoyado en una coyuntura favorable, derrotado a todos.

Pero Nasralla es otra cosa. Es la derrota de la razón por la pasión desbordada; la falta de memoria que le hace discontinuo en sus posturas, errático en sus visiones, e incapaz de constituir equipo con nadie. Por su condición de hombre viejo, cree que siempre tiene la razón y como niño consentido que, todo lo que pida le será concedido, por miedo a sus berrinches. Por ello, tiene que recurrir a su inteligencia femenina, su sentido común para bregar con un aliado que, posiblemente, constituirá su principal problema. Si logra neutralizar a Nasralla, incluso recurriendo a algunas medidas inesperadas como nombrarlo embajador en Taiwán o Israel, podrá iniciar su gobierno en buenas condiciones. Pero sí, como da la impresión Nasralla, el rey de los medios e incluso, la esperanza de algunos que desde cerca quieren dificultar el arranque de su gestión gubernamental, se impone y le da, cada día la oportunidad de intervenir en las decisiones gubernamentales en calidad de copartícipe, las dificultades se le presentarán en un tiempo más corto. Solo dispone de cuatro años y tiene que tomar decisiones que, no provoquen la movilidad de la estructura del frágil respaldo con que cuenta -porque el tamaño del mismo no guarda relación con la integralidad que lo conforma- y más bien deberá buscar, nuevas alianzas, con grupos que, al principio, le dispensan simpatía singular. Por ello, con una mano debe controlar la inquietud casi rabiosa de Nasralla por lograr la calidad de cogobernante y con la otra, ofrecer tranquilidad a los sectores que, aunque no le apoyaron le darán el espacio para que cumpla con sus responsabilidades.

Hasta ahora, su silencio frente a las exigencias de Nasralla, es inteligente y adecuado; pero insuficiente ante un hombre nervioso y sanguíneo como Nasralla. Además, puede escudarse en el hecho que el acuerdo es con el coordinador de su partido; pero no con ella. Es decir, dejar que sea su marido el que bregue con las exigencias de Nasralla. Y al final, cerrarle las puertas de la Casa Presidencial. El pueblo se divertirá y, le redituará a Castro, la imagen que tiene fuerza y toma decisiones.

La exigencia de ser quien elija al presidente del Congreso e integre la junta directiva, es antidemocrática y prácticamente imposible. Zelaya Rosales, le ha quitado hierro al tema, matizando que Nasralla puede proponer el nombre; pero que serán, como manda la ley, los diputados quienes elegirán la directiva del Congreso Nacional. Entonces, los problemas serán de Nasralla con los suyos que le han creído sus promesas, con las que calmó a muchos que le reclamaron haber pactado con Libre sin consultarlos.

[email protected]

Más de Columnistas
Lo Más Visto