De la autoestima y las oportunidades

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11 de diciembre de 2021
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12:01 am
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De la autoestima y las oportunidades

Por: Yessica Lima de Alvarado
Licenciada en Periodismo, UNAH

Tendría como diecinueve años cuando un sábado por la noche me puse un par de lentes de contacto de color azul para ir a una fiesta, me quedaban bellos, al menos eso sentía yo… Me divertí muchísimo esa noche, me hice de nuevas amistades entre ellas la de un jovencito que se cautivó por mis ojos azules… Al día siguiente decidió ir a visitarme. Qué apuro, no tenía los lentes puestos, no era tan experta como para correr a ponérmelos, tuve que abrir la puerta sin mis ojos azules… Nunca olvido su expresión y la forma en que me preguntó: ¿Y tus ojos azules? Qué momento, lo recuerdo hoy entre risas pero debo confesar me sentí apenada. Tuve que decir que traía lentes de contacto.

Cuántos recursos tenemos a la mano para vernos bien, podemos adquirirlos de muchas maneras, puedes comprarte pelo largo, puedes reducir dos tallas menos con una buena faja o puedes poner filtros a tus fotografías, hay muchas opciones que usar con el ánimo que te vean bien.

De muchas cosas puedes echar mano para recibir un halago, una palabra de aprobación.

A quién no le gusta que le digan “te vez fenomenal”, “estuviste increíble en tu presentación”. Escribes en el buscador sobre un tema y aparecen cátedras, que si eres capaz, te hacen ganar un ascenso. Hoy en día hay cómo resolver ya sea con tecnología o con dinero, de una y otra manera un “super yo” se puede elaborar fácilmente.

Esto no está mal, es válido aprovechar toda herramienta para lograr los objetivos. Lo delicado del tema es llegar al punto de creer que lo que has logrado con tus “herramientas”, es real.

En la carta a los Romanos, capítulo 12 verso 3 el apóstol Pablo dice : “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.

Qué importante exhortación recibimos, qué fácil es perder el norte en estos días, si todo es tan efímero y más cuando lo que tenemos es artificial.

Hay que verse al espejo con sinceridad, dejar que esa mirada traspase hasta el interior y ser honestos con nosotros mismos. Tejiendo mis renglones anteriores al recién pasado proceso electoral, deseo hacer reflexionar a los ganadores.

Pueden aplaudir hoy y sentirse gozosos pues lo lograron, ganaron las elecciones pero no pueden olvidar por qué ganaron y qué recursos les permitieron llegar a la cabeza. No tienen ojos azules, andan con lentes de contacto como una vez lo hice yo, esos números que les hacen contar como ganadores tienen trazos de diferentes colores, el más sobresaliente de ellos es el blanco que expresa el deseo de un pueblo que con su voto dice: deseamos tener paz, vivir en justicia, queremos servidores con voluntad no solo de poner una bandera afuera de su oficina, queremos que se borden en el corazón esas cinco estrellas que los hondureños nos merecemos.

Esas urnas representan a un pueblo diferente, demandante, despierto, pensante, cada voto representa ciudadanos empoderados de sus derechos, firmes en su identidad y determinados a guardar cada milímetro de su soberanía y derechos.

Ganadores, sepan retribuir la oportunidad que les hemos dado, merecemos ser correspondidos, lo hemos demostrado que llevamos la patria en el corazón y deseamos ver esta tierra bendecida.

No olviden que llegaron hasta aquí por voluntad de Dios, llevamos años comiendo amargura, odio, y resentimiento. Es tiempo de dejar atrás todo eso que mina fuerzas, es tiempo de vestirnos con nuevas ropas, de ser uno solo, de ver este país como la heredad que Dios nos ha dado.

Termino citando la palabra de Dios que es la única que toca y transforma, esta vez tomo una porción del Antiguo Testamento del libro del profeta Daniel.

Daniel 2:20-22 versión RVR1960:

“Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. Él revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz”.

Dios bendiga Honduras y sus gobernantes.

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