La Navidad se pinta de colores…

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11 de diciembre de 2021
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12:16 am
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La Navidad se pinta de colores…

Ambiente navideño en la capital. Se pinta de colores.

¡HOLA, HOLA! Saludos mis asiduos lectores residentes aquí y en cualquier parte del mundo a través de nuestras plataformas digitales.

COLORES

Otra Navidad pintada de colores. No me refiero precisamente de las multicolores que adornan hogares y ciudades. Nuevamente, estas festividades decembrinas tienen dos caras de festejo. La de los que tienen y pueden y la de los que no tienen y quieren, pero no pueden.

Para los primeros, todo azul. Para los segundos todo negro.

Por otro lado, hablando de la política, del proceso eleccionario recién pasado aún quedan secuelas. Se miran caras alegres y otras que son un poema de tristeza y frustración.

Para los primeros porque ganaron en sus aspiraciones, blanca Navidad. Otros que se van a la vil llanura y por allá los nuevos que se lanzaron al agua y no llegaron al puerto, negra Navidad.

Colina 2000. Aquí funcionó en colonia Godoy. Muchos la recuerdan en aquellas noches de diciembre.

Secuelas porque hay muchas impugnaciones ante el CNE -como siempre después de las elecciones- más en el nivel de “disputados”. No pocos piden a San Nicolás que les regale una curul en el Congreso, con la esperanza que sus reclamos sean válidos.

Más “rabietas” ahora que, con la tecnología, se habrían descubierto a los mañosos de siempre.

En su mayoría, el consumismo es la mejor amiga. Blanca Navidad. Para muchos, otro año sin trabajo, se les termina el contrato o son del partido perdedor y temen las barridas tradicionales. Negra Navidad.

Pero, aunque estemos “fregados todos ustedes”, no hay de otra que mejor ver la vida con esperanza y fe en un Superior que vendrán buenos y frescos aires. Y para relax, revivir los recuerdos de tiempos idos que quizá fueron mejores. Hoy esbozamos aquellos diciembres.

Duncan Mayan. Nuestros padres y abuelos disfrutaron en este exclusivo lugar sus fiestas de Navidad y Año Nuevo. Muchos años después de quedar solo como restaurante, cerró sus puertas para ubicarse en otro lugar.

CUENTAN

Cuentan las abuelitas. “Se hacían paseos campestres ya entrado el invierno, cuando el maíz estaba a punto para el sabroso atole, que se servía en blancos guacales, acompañado de elotes cocidos o asados”.

Las pascuas de Navidad eran famosas. En Comayagüela se disfrutaba de la feria de Concepción. Se hacían carreras de cintas, de caballos, palo ensebado, triángulo, ola giratoria, carrera de encostalados, chancho ensebado, entre otras diversiones.

Eran tiempos de siesta, chocolate hecho con tablillas de cacao y bolitas de maíz, café negro con pan y semitas de yema. En las iglesias, los bautismos se llevaban a cabo con velas de cera de Castilla.

En esas veladas era costumbre la serenata al pie del balcón de las agraciadas muchachas capitalinas. Hoy, los mariachis esperan que sea “Colacho” quien les traiga algo. Por lo general las fiestas se hacían de casa en casa en donde todos en el vecindario se visitaban entre alegría y concordia.

Un poco más acá. Los jóvenes, las noches del 24 y 31 de diciembre se los dedicaban a sus familias. A pesar de las restricciones por la pandemia, ahora esta costumbre continúa, pero hasta las 12 de la noche.

Pasada esta hora, los más “garruditos” se iban en grupo de amigos y amigas a bailar a las discos y salones de baile que en buen número existían en la época de los 70, 80, 90.

Hotel Lincoln. En los 50 y 60 funcionó en este edificio que hoy alberga otro hotel en calle peatonal de la capital. Sus noches decembrinas eran amenizadas con marimba.

AQUELLOS AÑOS

En aquellos años en que muchos de nosotros ni habíamos nacido, investigamos cómo la pasaban nuestros ancestros en sus noches decembrinas.

Década de los cincuenta. Entre los lugares de mucho “caché” -nos narran- figuraba el Duncan Mayan y Hotel Lincoln en donde se bailaba al son de la marimba, como la llamada “Astro”.

En los exclusivos Country Club y Chico Club, las fiestas decembrinas amenizadas con grandes orquestas como la de Toño Medina y la Nacional, los 24 y 31 de diciembre eran de alto vuelo.

La crema y nata de la sociedad capitalina se deleitaba, incluso al ritmo de orquestas famosas del extranjero como la Polío y la del maestro Lito Barrientos de El Salvador.

Aquel desaparecido Hotel Lincoln (hoy, Hotel Plaza en la peatonal de la capital) contaba en su terraza con el O`Henry Bar. Muchas parejas desayunando, recibían aquí la madrugada de Pascua del 25 de diciembre y el año nuevo. Embrujados con el encanto de la música que continuaba.

Fascinados cuando desde lo alto de este edificio, las parejas tomadas de la mano, entre besos caramelosos sellaban buena vibra para el futuro. Con una romántica vista panorámica le decían buenos días a la antañona capital que recién se desperezaba. Después de las bullangueras parrandas de la anterior noche de plenilunio.

Centro Social Universitario. Otro epicentro de grandes fiestas bailables. Hace mucho tiempo en abandono.

MÚSICA EN VIVO

En los sesentas el inolvidable Centro Social Universitario, la Escuela Superior del Profesorado (ahora aquí algunas oficinas de la alcaldía frente a hospital Viera) el Club Hondureño Árabe (también desaparecido) reunieron a tantos que festejaron sus navidades aquí.

En los 60, ni pensar que se bailaría con discomóvil. No se conocía. La cosa era con música en vivo. Las parejas se “abonaban” (no cambiaban bailador o bailadora). De estas fiestas nacieron infinidad de noviazgos que hoy nos leen… ya cuidando nietos (¡!).

Se recuerda de esa época, “La Venerable orden Quinta”, “Jets”, “Speed”, “Seeds”. orquestas como la de Toño Medina, la Rodolfo García, Sonora Universal, Vedel y compañía.

Pasado el tiempo, de grata recordación Los Robins, RO AR, Brass, One, Payros, Sahilas, Blanca Palidez de Danlí, Kobdas y Monjes de Tela, Tribu Lenca de Choluteca, entre otros.

Comienzos de los 70. ¿Saben cuánto valía la entrada a una fiesta de 25 de diciembre o 1 de enero en el Club de Leones de Tegucigalpa? Si amenizaba la banda RO AR y One se pagaba 5 lempiras caballeros y L2.50 las damas.

El traje era estrictamente formal y las damitas con vestido de noche. Nada de tenis y otras prendas estrafalarias.

De unos años para acá, se recuerda a Elvis y su banda, a “Chico Lara” y “Trilogía” con Víctor, Quique y Alfonso, “Alta sociedad”, entre otros.

Los vigentes, artistas talentosos como el grupo de Mike Época y Arturo Carlos Santos y su combo, entre otros, presentan su atractiva oferta musical para amenizarles sus reuniones navideñas este año en la capital.

Antigua Escuela Superior del Profesorado. Las celebraciones de esta temporada eran amenizadas por grupos nacionales. Hoy aquí parte de las oficinas de la alcaldía municipal.

DESPUÉS DE LA ENCERRADA

A dos años que estuvimos encerrados por esta maldita pandemia y con tantas limitantes -que no es que ha pasado- en lo que respecta a nuestros artistas, poco a poco han vuelto a los escenarios. Bien por ellos porque también tienen que alimentar a sus familias.

Ahora se baila en su mayoría con discomóviles. En la capital ya no existe tanto grupo como antes, no digamos orquestas. Eso ya es historia.

En la costa norte, en donde todavía existen elencos musicales legendarios (obvio, con nuevos integrantes) como Silver Star y la Gran Banda, aunado a más de un combo especializado en música del recuerdo, la tradición continúa porque hay más centros de baile.

Se recuerda con nostalgia la desaparición del legendario grupo Los Profesionales. En el sur la oferta continua vigente con La Tribu Lenca.

Hay más lugares para recordar que también ofrecían sus pistas para pasar las noches decembrinas. “Los Pacos”, “El bar de solteros” en la avenida Máximo Jerez. Después Colina 2000 en colonia Godoy, entre otros ya desaparecidos.

Moore Disco Dancing. Cerca del parque Finlay. Abarrotada por la juventud setentera. Hace mucho tiempo desapareció.

Y…

Y por hoy hasta aquí. Hemos dejado otra HUELLA imborrable en el devenir del tiempo. Épocas navideñas que hay que disfrutarlas en familia. En paz y armonía. Ese es el espíritu.

Nos leeremos el otro sábado, si Dios quiere…

QUE DIOS NOS PROTEJA A TODOS.

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