Más allá del horizonte

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12 de diciembre de 2021
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Más allá del horizonte

Algo más sobre la numismática

Por: Mario Hernán Ramírez
Presidente vitalicio “Consejo Hondureño de la Cultura Juan Ramón Molina”.

Independientemente de los avatares y enormes problemas que han envuelto a nuestro país, casi en la totalidad de lo que va del siglo XXI, merced al amor y al sacrificio de una gran cantidad de compatriotas, la República comienza a ver la luz al final del túnel, precisamente con la inauguración de una de las obras más impresionantes que se han ejecutado en nuestro terruño y que habrá que reconocérselo al actual gobierno, por las enormes ventajas que para toda la nación esta obra significa.

Nos referimos al monumental Aeropuerto Internacional de Palmerola, magistral obra que sin duda servirá para el encumbramiento de la zona central de Honduras, especialmente los departamentos de Comayagua y La Paz, los que a partir de ahora inician una competencia de desarrollo jamás antes vista en Honduras.

Lo anterior se nos ocurre porque este hermoso girón de tierra centroamericana que nos vio nacer, se posiciona en una plataforma de auténtico desarrollo, ya que además de Tegucigalpa, su bella capital, y la adelantada San Pedro Sula, ahora se abre un nuevo polo en el que no cabe duda el propio gobierno y la empresa privada comenzarán a invertir en grande para que la zona además de convertirse en un nuevo filón arquitectónico y turístico, ya que así será, las modernas construcciones comenzarán a perfilarse, amplias vías de comunicación, elegantes y atractivos parques y centros comerciales de los llamados moles, lucirán sus mejores galas, lo que nos hace pensar que ya tendremos, durante la primera mitad de este siglo, tres importantes y valiosas ofertas para la inversión, no solo turística sino comercial e industrial, ya que Palmerola se encuentra en una de las regiones más fértiles y estratégicamente mejor ubicadas dentro de la geografía nacional.

Existen fundadas esperanzas en que los hombres y mujeres que muy pronto tomarán el timón gubernamental, llegarán henchidos de patriotismo y con un elevado sentido de responsabilidad, porque para eso han sido elegidos, por una inmensa mayoría de la población catracha que espera del mismo, lo mejor de lo mejor. Esto es así porque Tegucigalpa además de la bonita imagen que sin duda “Tito” le imprimió a su paso por la Alcaldía Municipal, habrá que echarle mucho ojo al gigantesco problema que significa la escasez de agua y proliferación de automóviles de toda clase, por lo que quienes tomen las riendas del municipio, tienen que invertir no solo mucha imaginación y talento, sino recursos económicos que de alguna manera habrá que conseguir.

Por otro lado, San Pedro Sula, con su independencia cuasi política y dada su histórica vocación al trabajo y al amor a su pueblo, si las nuevas autoridades que regirán los destinos de esa próspera ciudad actúan con las manos limpias, son muy pocas las recomendaciones para que su adelanto físico, material y económico sigan por el camino ascendente del desarrollo.

Así se nos presenta el panorama, creemos que doña Xiomara tiene la mejor oportunidad del siglo para levantar del ostracismo a esta nación hidalga y generosa que diariamente nos proporciona el alimento espiritual y corporal. Estamos seguros que su gobierno será un gobierno ejemplar y que el simple hecho de tratarse de una dama, no habrá nada ni nadie que pueda atravesársele en el camino para que su gestión administrativa se desarrolle de la mejor manera posible.

La próxima primera presidenta de Honduras ha comenzado con pie derecho; le han estado lloviendo ofertas a granel, no solo de los gobiernos amigos y poderosos, sino de las agencias financieras del mundo y lo que es mejor, de los propios inversionistas nacionales agrupados en lo que se llama Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), además de los casi dos millones de hondureños y hondureñas que le han confiado los destinos de este país para su administración; indudablemente la responsabilidad de la doña, es enorme, y un tanto difícil, porque el principal factor de desarrollo es el económico y en ese campo estamos virtualmente atados, porque la economía no anda nada bien, y lo que es peor, con deudas hasta la coronilla, básicamente la piedra en el zapato que constituyen algunas empresas estatales como la ENEE y Hondutel, que están prácticamente en la más completa bancarrota.

Pero, tenemos mucho que ofrecer, no solo a los inversionistas taiwaneses, japoneses, israelitas, norteamericanos, mexicanos, alemanes, españoles, italianos, ingleses, en fin, “la mar y sus conchas” con las naciones amigas que, confiados en una buena administración pública, pueden depositar toda su confianza invirtiendo sus dineros, a sabiendas de que el pueblo los apoyará y el gobierno les brindará las mejores condiciones para que dicha inversión sea exitosa.

Hay otra piedra en el zapato que sin duda habrá que ponerle mucho ojo, también, y es la presencia de las llamadas “maras” y de los adictos al narcotráfico, a quienes habrá que poner en cintura mediante procedimientos civilizados que hagan sentir su autoridad sin cabildeos, compadrazgos ni chantajes, porque, felizmente la inmensa mayoría del pueblo hondureño es un pueblo laborioso, honesto y con deseos fervorosos por sacar adelante a la República, y eso se conseguirá merced al veredicto final, que no es más que la voz del pueblo y como dicen por ahí “la voz del pueblo es la voz de Dios”.

Éxitos, triunfos y ganancias para todos los hondureños sin colores políticos de ninguna naturaleza, más allá del horizonte.

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