Gil Hodges.
Este artículo deportivo está relacionado con tres atletas, dos de ellos beisbolistas de las grandes ligas y que ya fallecieron y uno de ellos futbolista profesional, que sigue con vida cosechando honores y premios, además de jugosos salarios. Es interesante leer qué fue de su vida, y cómo llegaron al pináculo de la fama.
El primer beisbolista se llamaba Gil Hodges que jugó como titular de los Dodgers de Brooklyn al final de la década, de los cuarentas, toda la década de los 50’s y parte de la década de los sesentas.
Gran bateador/ excelente fildeador y un líder de sus compañeros, él era querido y admirado por toda la afición de su escuadra. Sus récords son buenísimos, su vida pública y privada jamás tuvo escándalo alguno y era candidato lógico que al final de su carrera ingresaría al salón de la Fama.
Él había sido uno de las grandes primeras bases. Él jugó casi toda su carrera con los Esquivadores teniendo de compañeros a grandes estrellas, tales como Jackie Robinson, Roy Campanella, Duke Snider y Peewee Reese que si llegaron fácilmente al Salón de la Fama, pero nunca le dieron ese honor a Hodges, hasta este año que se eligió póstumamente. Dentro de sus hazañas fue el director técnico de los Mets de Nueva York, a quienes llevó a ganar la primera serie mundial.
El otro beisbolista que se le negó la entrada al salón de la Fama hasta que este año lo logró después de tantas décadas de haber fallado. Se trata del afrocubano, Orestes Miñoso, super estrella de los Medias Blancas de Chicago durante dos décadas, cuyos récords, fildeando, bateando y robando bases fue magnifico. Él fue y sigue siendo el ídolo de Chicago. Hay una estatua de al frente del estadio de los Medias Blancas. Pero debido a reglamentos arcaicos, nunca se le concedió el premio en vida. Si alguien lo merecía fue “Minnie” Miñoso y qué bien que finalmente se le hizo justicia.
*** El futbolista que no merecía el Premio de Balón de Oro que otorga anualmente la revista France Futbol por su rendimiento en la cancha en la campaña del 2021 es Lionel Messi, que este año se le entregó su séptimo Balón de Oro, después que jugadores y entrenadores del mundo lo votaron, pero este no fue un buen año para él.
Con varias lesiones que lo dejaron muchas veces fuera de combate, además de que anotó menos goles que en antaño.
El premio lo merecía Robert Lewandowski, que milita en el gran equipo alemán Bayern Munich, donde metió goles a diestra y siniestra, luciéndose sensacionalmente. El trofeo debió haber sido de Robert y no de Messi, a quien tanto admiro y respeto.
