“NO HAY LÓGICA PARA ENTENDERLOS”

MA
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15 de diciembre de 2021
/
12:25 am
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“NO HAY LÓGICA PARA ENTENDERLOS”

RELATA el prologuista que cuando inició la lectura –por la esquina izquierda superior de la página– de las “Reglas Básicas de la Estupidez Humana”, tuvo la impresión que se trataba de una sátira. Unos diez renglones leídos y comenzó a dudar ¿puede esto ser algo serio? Cuando llegó a la esquina inferior de la página, –dice– estuvo seguro de tener en sus manos un texto analítico serio y en la medida que daba vueltas a las páginas, convencido que no era una broma, concluyó que se trataba de una obra maestra. El autor, un profesor de historia económica de la universidad de California en Berkeley que en 1976 publicó un ensayo que describía las leyes fundamentales de una fuerza que él percibía como la mayor amenaza existencial de la humanidad: la estupidez”. Las citamos en editorial anterior.

Así introduce su libro el autor: “Es cierto que los asuntos humanos se encuentran en un estado deplorable”. “Sin embargo, esto no es ninguna novedad”. “Hasta donde podemos ver, los asuntos humanos siempre han estado en un estado deplorable”. “La pesada carga de problemas y miserias que los seres humanos tienen que soportar tanto como individuos como miembros de sociedades organizadas es básicamente un subproducto de lo más improbable, –y me atrevería a decir estúpida– manera en la que se estableció la vida en su concepción”. “Después de Darwin, sabemos que compartimos nuestro origen con los miembros inferiores del reino animal, y tanto los gusanos como los elefantes tienen que soportar su parte diaria de pruebas, predicamentos y ordalías”. “Los seres humanos, sin embargo, son privilegiados en la medida en que tienen que soportar una carga extra: una dosis extra de tribulaciones originadas diariamente por un grupo de personas dentro de la propia raza humana”. “Este grupo es mucho más poderoso que la Mafia, el Complejo Industrial, el Militar, o el Comunismo Internacional; es un grupo no organizado, inexplorado, que no tiene jefe, presidente, ni estatutos y, sin embargo, se las arregla para operar al unísono perfecto, como si guiados por una mano invisible, de tal manera que la actividad de cada integrante contribuya poderosamente a fortalecer y simplificar la efectividad de la actividad de todos los demás integrantes”. “La naturaleza, el carácter y el comportamiento de los miembros de este grupo son el tema de las siguientes páginas”. “Permítanme señalar en esta coyuntura, de manera más enfática, que este pequeño libro no es producto del cinismo ni un ejercicio de derrotismo –no más que un libro sobre microbiología–”.

“Las siguientes páginas son, de hecho, el resultado de un esfuerzo constructivo para detectar, conocer y así posiblemente neutralizar una de las fuerzas oscuras más poderosas que obstaculizan el crecimiento del bienestar humano y la felicidad”. “Ley nº 3. Es la Ley de Oro de la estupidez”. “Una persona estúpida es aquella que causa problemas a otros sin ningún beneficio claro para sí mismo”. “¿El tío incapaz de parar de publicar artículos de noticias falsos en Facebook? Estúpido”. “Esta ley también introduce otros tres fenotipos que coexisten junto con la estupidez”. “Primero está la persona inteligente, cuyas acciones benefician tanto a sí mismo como a los demás”. “Luego está el bandido, que se beneficia a expensas de otros”. “Y por último está la persona tonta, cuyas acciones enriquecen a otros a sus expensas”. “Los estúpidos son parangones de consistencia, actuando en todo momento con una idiotez inflexible”. “Sin embargo, la estupidez consistente es la única cosa consistente sobre la gente estúpida”. “Esto es lo que hace que este tipo de personas sean tan peligrosas”. “Esencialmente, las personas estúpidas son peligrosas y perjudiciales porque las personas razonables encuentran difícil imaginar y entender un comportamiento irrazonable”. “Puedes predecir las acciones de un bandido, sus nefastos planes y sus maquinaciones, y a menudo protegerte de ellos”. “Con una persona estúpida todo esto es absolutamente imposible”. “Una criatura estúpida te acosará sin razón, sin ventaja, sin ningún plan o esquema, y en los momentos y lugares más improbables”. “No existe manera racional de saber si, cuándo, cómo o por qué ataca esa estúpida criatura”. (¿Y los “requetedundos” –pregunta el Sisimite– no aspirarían ser jefes de ese grupo?).

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