LA DESPEDIDA

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16 de diciembre de 2021
/
12:34 am
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LA DESPEDIDA

REPRODUCIMOS párrafos de un artículo que mandó Olban a sus contactos, en elogiosa nota a la despedida tributada a Ángela Merkel. “Con seis minutos de calurosos aplausos, en las calles, balcones, ventanas, todo el país aplaudió durante 6 minutos – ¡espectacular ejemplo de liderazgo y defensa de la humanidad!”. “Los alemanes la eligieron para dirigirlos, y ella dirigió a 80 millones de alemanes durante 18 años con competencia, habilidad, dedicación y sinceridad”. “Ella no dijo tonterías”. “No apareció en los callejones de Berlín para ser fotografiada”. “Apodada “La Dama del Mundo” fue descrita como el equivalente a seis millones de hombres”. “Durante estos dieciocho años de liderazgo de la autoridad en su país, no se registraron transgresiones en su contra”. “No asignó a ninguno de sus familiares a un cargo en el gobierno”. “No afirmó ser la creadora de glorias”. “No recibió pagos millonarios, ni nadie animó su actuación”. “No recibió cartas ni juramentos, no luchó contra los que la precedieron”.

“Merkel dejó la posición de liderazgo del partido y se la entregó a quienes la siguieron, y Alemania y su pueblo alemán están en las mejores condiciones de todos los tiempos”. “La reacción de los alemanes no tuvo precedentes en la historia del país”. “Toda la población salió a los balcones de sus casas y la aplaudió espontáneamente durante 6 minutos seguidos”. “Una ovación de pie a nivel nacional”. “Alemania se mantuvo como un solo cuerpo despidiéndose de su líder, una doctora en fisicoquímica que no fue tentada por la moda o las luces y no compró bienes raíces, autos, yates y aviones privados, sabiendo que ella es de la antigua Alemania Oriental”. “Dejó su puesto después de dejar Alemania en la cima”. “Se fue y sus familiares no reclamaron ventaja”. “Dieciocho años y nunca cambió su vestuario”. “En una conferencia de prensa, una periodista le preguntó a Merkel: Notamos que estás usando el mismo traje, ¿no tienes otro?”. Ella respondió: “Soy una empleada del gobierno y no una modelo”. “En otra rueda de prensa, le preguntaron: ¿Tiene sirvientas que limpian su casa, le preparan la comida, etc.? Su respuesta fue: “No, no tengo sirvientes y no los necesito”. “Mi esposo y yo hacemos este trabajo en casa todos los días”. “La Sra. Merkel vive en un apartamento normal como cualquier otro ciudadano”. “Vivió en este apartamento antes de ser elegida canciller de Alemania. Ella no la abandonó y no es dueña de villa, criados, piscinas ni jardines”.

Y para los que no estaban informados, algo que siempre llevó en alto y siempre dejó en claro donde quiera que iba: “Siempre haré las cosas como a Dios agradan, porque le temo y porque le sirvo con todos mis bienes y todo mi corazón; porque desde hace muchos años le abrí mi vida y mi corazón a Jesucristo, y desde entonces soy cristiana, no solo de palabra sino sobre todo de hechos”. Un dato adicional. El ejército, días antes de su último día, homenajeó a su canciller con un desfile militar de antorchas. Su discurso apenas duró cinco minutos y su última frase fue “les agradezco de todo corazón”. Con derecho a escoger tres melodías estas fueron las que Merkel pidió que el ejército interpretara: “Un tema popular que muchos alemanes conocen la letra, –éxito de la cantante Punk Nina Hagen– Du hast den Farbfilm vergessen (Has olvidado la película de color). Considerada una crítica al régimen comunista de la RDA bajo el que ella vivió gran parte de su niñez y juventud”. “La segunda una balada melancólica “‘Deberían lloverme rosas rojas’”. “La tercera selección fue un himno cristiano del siglo XVIII: Großer Gott, wir loben dich (Dios santo, alabamos tu nombre)”. “La elección de sus predecesores, Gerhard Schröder, fue My Way de Frank Sinatra y la de Helmut Kohl, Oda a la Alegría”. (Si de complacer melodías se trata, sin duda el Sisimite hubiese pedido en marimba “La Morenita de Suyapa”: “Desde los cerros de plata se divisa mi pueblito como manto en un palmar…”).

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