Cuadro de Gilberto Goldstein.
El tiempo vuela y no puedo creer que hoy, 20 de diciembre del 2021, se cumple un año exacto desde que en Tegucigalpa falleció “Picho”, mi hermano menor, el 20 de diciembre del 2020, después de 12 años de estar batallando valientemente contra el mal incurable de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) conocido como la enfermedad de Lou Gehrig.
No hay día que no piense en él. Tuve la suerte de haber tenido al mejor hermano del mundo, un hondureño sumamente honrado, que toda una vida amó y sirvió a Honduras con todo el entusiasmo y fervor del mundo. Pasar lista a todas las cosas que logró en vida a favor de la patria que lo vio nacer llenaría un libro.
Desde niños, Gilberto y yo íbamos juntos a todas partes, a las playas de Cortés y de Tela y mamá nos llevaba a Siguatepeque, el Lago de Yojoa y otros lugares.
En 1948 a los 13 años, nuestros padres me mandaron a una escuela militar en Virginia que se llamaba Augusta Military Academy y en 1950 llegó Gilberto a la misma academia para que estuviéramos juntos.
Yo fui a la universidad de Virginia en 1952 para poder estar cerca de Gilberto y pasar tiempo juntos el sábado cuando aprovechábamos para ir a comer a algún restaurante o ir al cine.
Cuando él se graduó en 1954, se trasladó a la universidad de Pensylvania y nos veíamos un fin de semana al mes.
En Honduras, yo trabajé unos años en San Pedro Sula y después en Tegucigalpa, un par de años después Gilberto hizo lo mismo. A finales de 1980 yo me trasladé a Washington donde ejercí el periodismo y cubrí la Casa Blanca. Gilberto se quedó en Honduras trabajando con mi padre.
Con el paso de los años, yo iba a Honduras anualmente a ver a mi familia y fue Gilberto y Alice los que cuidaron a nuestros padres, algo que lo hicieron de forma extraordinaria.
Muchas veces le tocó a Gilberto ir a Washington como enviado especial del gobierno hondureño y otras veces invitado por el congreso de Estados Unidos en foros para abordar la situación de América Central.
Yo lo acompañé en todas esas ocasiones, también fue invitado a participar en el programa de televisión Foro Interamericano que se transmitía a todo el mundo de habla hispana.
También viajó a varios países representando a empresas hondureñas, además estuvo presente como invitado especial representando al Partido Nacional en convenciones políticas americanas donde elegían a los candidatos presidenciales y en esos eventos nos juntábamos y compartíamos como hermanos.
Cuando él viajaba a Estados Unidos siempre nos veíamos normalmente en Miami, ya fuese de trabajo o vacaciones, siempre nos juntábamos.
TERRIBLE ACCIDENTE
Uno de los momentos más duros que pasamos como hermanos, fue cuando sufrió un terrible accidente cuando su coche fue embestido en San Pedro Sula y salió gravemente herido, al punto que debió ser transportado en un avión médico hasta un hospital de Miami donde fue atendido de urgencia.
Estuve al lado de Alice y sus hijos en el hospital de Miami mientras se reponía, posteriormente fue cuando me dijo en Estados Unidos en el 2008 que había sido diagnosticado con el mal de Esclerosis Lateral Amiotrófica y le informaron que le quedaba un máximo de dos años de vida, pero él nunca dejó de luchar contra la enfermedad, dejó atónitos a los doctores, pues milagrosamente duró 12 años.
Gilberto era un hombre humilde, sumamente entusiasta y ampliamente educado, definitivamente bien preparado académica y financieramente, pero siempre fue un caballero que quería entrañablemente a su patria y lo demostró a lo largo de su fructífera vida, creando fuentes de trabajo, haciendo filantropía, impulsando la educación, exitoso en el sector privado, el sector público y en el mundo deportivo.
Durante su larga vida, tuvo contactos directos con notables líderes, entre ellos varias figuras internacionales, incluyendo a varios gobernantes estadounidenses, altas personalidades del congreso americano, presidentes de Latinoamérica, la primer ministro de Inglaterra, Margaret Thatcher, el papa polaco Juan Pablo II a quien visitó acompañado de su esposa Alice, entre otras figuras.
En Honduras, fue un excelente mediador a quien buscaban y continuamente solicitaban su participación para lograr un acuerdo satisfactorio entre ambas partes.
Entre sus numerosos logros fue presidente del Banco Atlántida y del Molino Harinero Sula, fue presidente del Cohep y vicepresidente de la ANDI, fue diputado por el departamento de Cortés, secretario de la Presidencia y presidente del Partido Nacional que al morir lo declaró miembro vitalicio.
FUE UN HOMBRE DE PAÍS
“Picho” nunca tuvo enemigos, y le sobraron amigos. Tuvo una gran esposa en su Alice, su abnegada compañera durante 62 años fue padre de Mark (Q.D.D.G.), Lori y Deanna. Tío de mis hijos, “Vicky” y “Pepe” y con mi esposa Frances tuvo una magnífica relación.
Como dijeron Rodrigo Wong Arévalo y Juan Ramón Martínez en cuanto a “Picho” en un programa televisivo, lo describieron como hombre de país, por el país y para el país. No porque él haya sido mi hermano, yo verdaderamente siempre pensé que él ampliamente llenaba todos los requisitos para convertirse en un buen presidente de Honduras.
Hombre de pueblo, rico, pero con un corazón enorme que honró a sus padres, a su hermano, a toda su familia y a la nación catracha que tanto quiso. Se nos habrá ido físicamente, pero su memoria vivirá para siempre en nuestros corazones, pues hombres como él no se dan todos los días. Que Dios te cuide y nunca olvides desde el cielo que tus familiares y tus millares de amigos dentro y fuera del país te seguimos extrañando y continuaremos queriéndote para siempre. Hasta pronto mi querido, respetado e inolvidable hermano!!.
