¿Gane de Libre o de la Alianza Opositora?

MA
/
22 de diciembre de 2021
/
12:07 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
¿Gane de Libre o de la Alianza Opositora?

Óscar Lanza Rosales
[email protected]

Las posiciones de la presidenta electa, de los diputados de Libre, los partidos tradicionales y los periodistas me han sorprendido como han interpretado el triunfo de la señora Xiomara Castro.
Ella, como los diputados que salieron electos en su planilla, hablan del triunfo de Libre, olvidándose que el repunte de su victoria fue la Alianza Opositora (AO) que su partido Libre realizó a principios del pasado mes de octubre con la Unidad Nacional Opositora de Honduras (UNOH, integrada por el Partido Salvador de Honduras (PSH) y el PINU-SD).

Recordemos la historia de Libre. En el 2013, que se presentó como candidata la hoy presidenta electa, en las internas tuvo una votación de 563 mil, y en las generales de 896 mil, un 59% de incremento. Mientras que la alianza con Salvador Nasralla en 2017, Libre triplicó su votación de las internas a las generales (pasó de 462 mil a 1,360 mil). Y ahora en 2021, con la Alianza Opositora sucedió lo mismo, triplicó su volumen de votos (de 562 mil en las internas de Libre a 1,717 mil de la AO en las generales). A Salvador Nasralla hay que reconocerle que ha sido una carta de triunfo para la presidenta electa, porque si hubieran ido separados, Libre y la UNOH, el Partido Nacional hubiera sido el ganador con 35%.

Por eso doña Xiomara Castro, como los diputados de su partido, deben enfatizar en sus presentaciones, que ahora representan a la AO, y deben cumplir el convenio que firmaron antes del 28 de noviembre, con el PSH y el PINU.

Deben imitar a los políticos chilenos, que han sido maestros en las coaliciones de partidos, como la Concertación de Partidos por la Democracia, que los candidatos que resultaron electos como presidentes (1990-2010), que al dar declaraciones no se referían a sus partidos socialista o democracia cristiana, sino a la Concertación.
Los partidos tradicionales también andan totalmente perdidos. El 10 de este mes, el Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal, reconoce que, en el próximo Congreso Nacional, la bancada mayoritaria será la de Libre, y que por lo tanto los respaldan a ellos -sin ningún tipo de condiciones- para integrar la junta directiva. No menciona para nada a la AO. Y en iguales términos se expresan los diputados nacionalistas a nivel individual. La cultura política de estos partidos no les permite apreciar que la presidenta electa ganó bajo la sombrilla de la coalición Alianza Opositora.

Los periodistas, sobre todo los que dirigen los telenoticieros, no reconocen tampoco a la AO como la ganadora de las elecciones. He escuchado a un prestigiado periodista de estos medios decir que, con el porcentaje que sacó la presidenta en las elecciones generales (más del 50%), si hubiera habido segunda vuelta, no hubiera sido necesario recurrir a esa segunda elección por ese alto porcentaje.

Aclaramos a estos periodistas, que, si en la ley electoral hubieran incorporado la segunda vuelta, la Alianza Opositora no se hubiera dado en la primera vuelta, sino hasta en la segunda. En los países donde se está utilizando este mecanismo, en la primera vuelta, los partidos se presentan solos, y es en la segunda vuelta es cuando se organizan las alianzas y coaliciones.

Los hondureños debemos compenetrarnos que el bipartidismo quedó atrás, y que ahora hemos entrado a la era del multipartidismo, donde las coaliciones políticas, las segundas vueltas, los consensos en vez de las mayorías simples, la participación ciudadana en vez de la simple representatividad, son los mecanismos para hacer viable el nuevo sistema.

Los países que ya viven este proceso, mencionan que, para lograr coaliciones políticas exitosas, es necesario, el diálogo sincero y permanente de los miembros integrantes de estas coaliciones, resaltando más los intereses mutuos que sus diferencias. Que si se actúa en ese sentido, disminuyen los graves conflictos, se da una colaboración más profunda y solidaria.

En Honduras, donde comenzamos a vivir con el multipartidismo, las coaliciones deben ser la nueva dinámica, no solamente para propósitos electorales, sino que en el Congreso Nacional y el Poder Ejecutivo, para buscarle solución a nuestros grandes problemas sociales y económicos.

Al pueblo hondureño, en particular a mis queridos lectores, les deseo una feliz Navidad, que la disfruten con su familia y amigos, pero siempre cuidándonos con las medidas de bioseguridad.

¡Un fuerte abrazo para todos!

Más de Columnistas
Lo Más Visto