Teófimo López: vértigo en la cúspide

MA
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22 de diciembre de 2021
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12:04 am
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Teófimo López: vértigo en la cúspide

Federico Antonio Rosa Suazo

“El carácter es más duradero que el talento”
-Cus D’Amato

“La oportunidad de asegurarnos contra la derrota está en nuestras propias manos, pero la oportunidad de derrotar al enemigo la provee él mismo”.
-Sun Tzu, “El arte de la guerra”.

Érase una vez un joven con mucho talento quien profetizó que sería el mejor boxeador del mundo. Poco después de representar a Honduras en las olimpiadas de 2016, fue declarado prospecto del año como profesional. Meteóricamente, llegó a derrocar al entonces campeón del mundo en una hazaña histórica. El año y medio que siguió, Teófimo López, Jr., nacido en Brooklyn de padres hondureños, llegó a la cúspide del deporte con tan solo 23 años, y parecía destinado a reinar como campeón y ser la próxima estrella del arte del pugilismo.

Para mala fortuna de López, George Kambosos, Jr. no cree en los cuentos de hadas, y nos hizo ver la cruda realidad a puño y determinación. El australiano fue descartado como muy débil y poco más que una pelea de fogueo para López. El padre de López, famoso por fanfarrón, predecía un nocaut en el primer asalto sobre el australiano. La mayoría de los expertos sentían lo mismo; nadie miraba algo menos que una victoria fácil para López.

Por aquí todo se enredó. La contienda fue pactada para junio de 2021, pero lastimosamente, López contrajo covid-19 y, siendo asmático, tuvo complicaciones que le siguieron hasta la pelea. Encima de esto, Triller, originalmente la promotora, abandonó el manejo de la contienda por razones financieras, resultando en otra demora. Cuando la compañía DAZN recogió la pelea, se consolidó una fecha para finales de noviembre. Ambos peleadores estaban física y mentalmente agotados, y López obviamente afectado por el virus mortal (según ESPN, López tuvo que ser hospitalizado posteriormente al combate y según sus doctores, tuvo suerte de no fallecer). George Kambosos, Jr. por su parte, sufrió una muerte en su familia, perdiendo a su abuelo. Los estados mentales, aspecto tan importante para este deporte, fue al final el factor decisivo. Kambosos, Jr. supo manejar estas adversidades, mientras que López se valdría por sus talentos y atributos naturales únicamente, cosa que le costó caro.

Al sonar el primer campanazo, López salió como un toro, tratando de noquear. Kambosos Jr. lo aguantó, ya que esperaba esto de López, así que al ver que el catracho bajó la guardia, el australiano dijo a sí mismo “esta es mi oportunidad” y le estrelló un derechazo que lanzó sobre la lona al hondureño. López se veía anonadado, esto no estaba dentro del plan, pero él trataba de mantener su compostura. Kambosos Jr. le preguntó a López al final del asalto “¿no que era solamente iba a ser un round?”. Al regresar a su esquina, el padre de Teófimo, en vez de darle instrucciones, le gritaba, insistiendo que noqueara de una sola vez. Asalto tras asalto, López se veía más perdido en la pelea. Se notaba que Kambosos tenía una estrategia muy sólida, mientras que el padre de López no pudo dar un plan de ruta. El boxeador hondureño quedó a la deriva y solo sobre el cuadrilátero. La esquina de Kambosos, por otra parte, daba instrucciones correctas y precisas.

Muchos ignoramos que las esquinas son esenciales en el boxeo. Hay cosas que el peleador no ve, hay ideas que necesita se le recalquen, hay errores a corregir en el momento y para eso están los entrenadores en las esquinas, no solamente para motivar. López, talentoso y fuerte, logró conectar un derechazo que puso en malas condiciones al australiano, llevándolo a la lona, pero este se levantó y López no pudo aprovechar la oportunidad. Aquí se notó de forma decisiva que había un exceso de confianza de parte López y un corazón y determinación inmenso de parte del australiano.

Kambosos, Jr. ganó por decisión unánime. Nadie en esa arena pensó distinto, excepto López, quien, entre abucheos del público, le arrebató el micrófono al australiano, afirmando de manera poco profesional, que él había ganado la pelea y se la habían robado y que “todos aquí lo sabían”. Esto hizo lucir mal al boxeador hondureño, que en vez de aceptar su derrota, trató de deslucir el gane tan merecido de Kambosos, Jr.

No cabe duda de que el talento de López es superior; es más fuerte, ágil, y explosivo. Pero el talento no es suficiente; no en este nivel. La preparación de Kambosos, Jr., mental y psicológica, su fortaleza de carácter, equipo de trabajo sólido y estrategia, fueron los factores que le dieron la victoria y es lo que merece ser recalcado. Los campeones no nacen, se hacen. Por otra parte, la ineptidud e irresponsabilidad del padre de López como entrenador en esta pelea, quien careció de instrucciones y plan de navegación para su talentoso hijo, les costó la pelea. Se sabe que ellos tienen una relación compleja y se delató en Teófimo hijo. Iban demasiado confiados contra un rival que se había preparado al cien. Posteriormente, López padre ha sido fuertemente criticado por la prensa y en las redes sociales, no solo por estas fallas como entrenador, sino también por su comportamiento volátil e irracional. Muchos le han aconsejado al joven hondureño que busque a otro entrenador, pero al tratarse de su padre, este se ha puesto, comprensiblemente, defensivo. “Hasta que las ruedas se caigan” dijo el joven López en un tuit, refiriéndose a su relación entrenador/padre. Expresó que ahora seguirá boxeando en las 140 libras, subiendo a una categoría que, según él, es más adecuada para su tamaño. No dudamos que, con la mentalidad adecuada, su gran talento no tiene límites. Pero es preocupante que siga con su padre de entrenador en esta manera, ya que en las 140 libras hay púgiles como Josh Taylor, campeón unificado, que lo pueden lastimar si no toman esta pérdida en serio.

Por su parte, Kambosos, Jr. va a hacer su defensa el próximo año en su país de Australia, siempre en las 135 libras. Veremos como será su mentalidad y preparación esta vez. ¿Habrá agarrado a López desprevenido? ¿Fue suerte? Definitivamente que no. Iba preparado, física y mentalmente para alguien que desde el principio no lo iba a tomar en serio. Esa fue la falla y la moraleja de la historia: jamás hay que subestimar a un rival, por pequeño que se vea. Puede que tenga planes para ti.

-Dedicado al profesor René Gonzales, forjador de campeones.

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