Prevén complicaciones en la meta tributaria para 2022
Para la meta de recaudación tributaria se tomaron en cuenta proyecciones de crecimiento del Banco Central de Honduras.
La meta tributaria de 118,721 millones de lempiras, proyectada en el Servicio de Administración de Rentas (SAR) para el 2022, es algo ilusoria, analizó el economista hondureño Obed García, considerando que no se tomaron en cuenta los procesos de transición gubernamentales, entre otros factores.
“¿Cómo se puede mantener un incremento tan pronunciado para el año 2022? Por un lado, tenemos la necesidad de reducir las exoneraciones fiscales para recurrir a un financiamiento adicional y, por otro, tenemos la importancia de la política fiscal como un esquema financiero que se basa en sistemas de incentivos y desincentivos”, señaló García.
Establecer una meta de recaudación tan alta implica además que el Estado tendrá que proveer sus bienes y servicios de manera efectiva para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.
“Si no va a haber aumento de impuestos, entonces lo óptimo es seguir mejorando la eficiencia tributaria en el sentido de la formalización de los comerciantes y empresarios que están en el sector informal y no aportan con tributos”, agregó el economista.
Los ingresos tributarios se sostienen sobre la capacidad de consumo de los hogares. “Si estos no mejoran sus ingresos el próximo año, muy poco se estaría alcanzado de esta meta de recaudación tan significativa”, anticipó la fuente.
El SAR se fijó esa meta considerando el respaldo de las cifras económicas presentadas este año, pero la situación puede ser distinta en el 2022, según García.
“Si bien es cierto, la actividad económica mejoró este 2021 y eso se ve reflejado en los ingresos tributarios. La variable indica cómo es el consumo de los hogares, pero no necesariamente quiere decir que eso se sostenga en el 2022, considerando la transición del gobierno y que no se ha recuperado al 100 por ciento de los empleos”, sostuvo.
“Si no hay empleos, no hay consumo, y sin consumo no se aporta a los ingresos tributarios. Entonces, hay que ver qué puntos de apoyo apuntaron a esta proyección que no tiene mucho sentido”, puntualizó.
La meta tributaria se fundamenta principalmente en el gasto público que habrá el próximo año. “También nace sobre la necesidad de gasto. Allí está el desenfoque, porque no se planifica según lo concreto, sino que, cómo el gobierno necesita gastar, y sobre eso proyecta los ingresos que va a ocupar”, agregó.
