Que Dios nos agarre confesados
Rodolfo Guillermo Pagán Rodezno*
Finalmente, el Consejo Nacional Electoral (CNE), declaró oficialmente como presidenta electa para el período 2022-2026, a la señora Xiomara Castro, por lo que se convertirá en la primera mujer en ostentar la Presidencia de la República, lo que constituye un acontecimiento histórico, además de ponerle fin a más de un siglo de bipartidismo, en el que el Partido Liberal y el Partido Nacional, con algunos gobiernos militares de por medio, se han repartido el poder en Honduras.
Los resultados a favor de la candidata del Partido Libre y de la Alianza Opositora, fueron contundentes, ya que según las cifras oficiales, obtuvo 1,716,793 votos, equivalentes al 51.12% de los votos del nivel presidencial, contra 1,240,260 equivalentes al 36.93% del candidato del Partido Nacional, por lo que la diferencia es abismal entre uno y otro, lo que evitó cualquier tipo de dudas o cuestionamientos ante los resultados.
No se puede desconocer que el voto de castigo contra el partido de gobierno fue masivo, lo que resulta lógico después de 12 años en el poder, en los que la constante ha sido la corrupción, la impunidad y la incapacidad, por lo que la población en general clamaba por un cambio de gobernantes, lo que motivó a que los jóvenes y el voto independiente en su mayoría votaran a favor de la hoy presidenta electa, a pesar de los comprensibles temores que se tenían respecto a la ideología y algunas de las propuestas del Partido Libre entre otros factores.
Sin embargo, a pesar de los resultados tan concluyentes, los mismos no pueden interpretarse como un “cheque en blanco” para el Partido Libre y la Alianza Opositora, ya que la población sin duda alguna estará atenta desde el primer día de gobierno respecto a los nuevos gobernantes, esperando que cumplan los promesas realizadas y que además sus actuaciones se realicen en el marco de la Constitución y las leyes, esperando que no se repita lo ocurrido en los últimos años en los que el Partido Nacional gobernó casi a su antojo y conveniencia.
No se puede dejar de mencionar lo ocurrido con el Partido Liberal, el que sufrió la peor derrota de su historia al menos en el nivel presidencial, debido entre otras razones a la división interna, la imagen de su candidato, las actuaciones de varios de sus miembros señalados por diversos casos de corrupción y quienes además se aliaron en el Congreso Nacional con los diputados del partido de gobierno para aprobar leyes tan cuestionables como el nuevo Código Penal o la Ley de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), por lo que sus dirigentes deberán buscar enmendar los errores que se han venido cometiendo hace muchos años para convertirse en una verdadera alternativa de triunfo, tan necesaria para el fortalecimiento de la democracia, como quedó evidenciado en las más recientes elecciones.
Importante mencionar la labor del Consejo Nacional Electoral (CNE) el que a pesar de las limitaciones, logró sacar adelante y de manera exitosa un proceso eleccionario bastante complejo, a diferencia de lo ocurrido en el año 2017, por lo que los cuestionamientos han sido principalmente en el nivel electivo de los diputados, a lo que nos referiremos en otra ocasión.
Los retos son muchísimos y las expectativas son bastantes altas, por lo que se espera que el gobierno que pronto asumirá funciones esté a la altura de las circunstancias, buscando la unidad del pueblo hondureño y tomando las decisiones necesarias para empezar a enderezar el rumbo perdido.
Que Dios guarde a Honduras.
*Abogado y Notario
Máster en Derecho Empresarial
