Carolina Alduvín
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Por: Carolina Alduvín
El CNE ha declarado ganadores en las recién pasadas elecciones, de manera parcial, puesto que hasta el momento continúan los escrutinios especiales, voto por voto, en base a impugnaciones presentadas por los afectados en particular, y con el beneplácito de la ciudadanía en general, que por hartazgo votó por un cambio, sin meditar sobre si existen las condiciones de que sea a favor de la democracia, más de lo mismo o, tiro por la culata. Eso lo dirá el tiempo, lo visto hasta hoy, es que casi en forma milagrosa, se respetó el nivel presidencial, pero los de alcaldes y, sobre todo el de diputados, sigue plagado de los mismos vicios del pasado que, no es que sean peores que los inveterados, simplemente se les ha prestado mayor atención y las cloacas destapadas apestan todo el ambiente.
Este es el momento en que los ciudadanos siguen sin cobrar conciencia que, su auténtico poder reside precisamente en las instancias descuidadas, no tanto en cual partido, o cual persona ostente la primera magistratura. Cuando termine el tedioso conteo extraordinario y se haga el balance: esfuerzo Vs. resultados, se verá que, pese a las negociaciones, al partido que prestó los votos para el cambio, esos mismos, se los birlaron a la hora de integrar el Congreso –ente fundamental para preservar privilegios e impunidad- a cambio de la ilusión de dirigir tal poder del Estado. No obstante, circula ya un compromiso legislativo, que algunos conservan la esperanza, se trate de noticia falsa, en el que se anuncia refundar la patria y construir un estado socialista y democrático.
Quien suscribe, se compromete a aprobar desde el mismo día en que se instale el Congreso, un conjunto de 7 leyes especiales, supuestamente para desmontar la dictadura y reconstruir el Estado de derecho, a saber: de entrada, Ley Especial de Condena al golpe de Estado del 28 de junio de 2009. Con innegable hedor a venganza, indicio de que esta persona prioriza el sudar una calentura ajena, a sus propios intereses políticos, como miembro de un partido que entonces ni existía; olvidando que, tal acontecimiento es precisamente el que propicia la creación de nuevos partidos, como ese en el que milita.
Siguiendo con la que condena la sentencia a la reelección presidencial como delito de traición a la patria. No deja de sonar a pirotecnia para distraer a la plebe, mientras se sirven con la cuchara grande, privilegios y fórmulas para repartir poder y negocios. El delito consumado está, hechores y consentidores, lo llevan a cuestas, unos obligados, otros sobornados, otros intimidados, un orquestador y una corte de beneficiados; la pregunta es: ¿será efectivo el esfuerzo para condenarlos? No olvidemos que dentro del propio órgano legislativo están enquistados muchos de los que contribuyeron y pretendieron legitimar tal traición.
Luego la revocación de mandato, o sea, la pauta que marca el guion del Foro Sao Paulo, cuidado con eso, la experiencia nos dice que las revocaciones se convierten en ratificaciones y eso, es antidemocrático y la misma dictadura que pretenden combatir, solo que con diferente signo. Completan el cuadro, otra de amnistía para liberar presos políticos, otra contra la corrupción e impunidad; de las que, hay suficientes, lo que falta es que las hagan cumplir. Otra de proyectos solidarios de la comunidad y otra para el ejercicio de la soberanía popular y la participación ciudadana, estas dos están implícitas en nuestro ordenamiento jurídico y dado que, si se llegaran a cumplir, restaría privilegios a los integrantes del CN, pues dudo que la implementen en serio.
A continuación, se menciona un anexo en el que se incluyen las actuales leyes a ser derogadas para desmontar la dictadura e instaurar el Estado democrático, algunas ya mencionadas en las 30 promesas para los primeros 100 días de la presidente electa. Independientemente de cuantas sean o como se llamen, la que es clave derogar primero que todas, incluso, antes de discutir las arribas mencionadas, es la que da lugar a la creación de las infames ZEDE. Existen múltiples razones para hacerlo, las resumo en una: son inconstitucionales. Y no se trata de estar contra la inversión y generación de empleos que tanta falta hacen, se trata de la propia existencia de nuestro país, de su tierra, sus recursos, sus propias leyes y forma de gobierno. Hay alternativas para fomentar la inversión, la clave está en la autonomía municipal. ¡A rescatarla!
