“EL BIG BANG” Y LO RUPESTRE

ZV
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7 de enero de 2022
/
12:09 am
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“EL BIG BANG” Y LO RUPESTRE

UNA buena colaboración del “poeta” –me acordé de usted, escribe– envía una imagen que muestra una escueta cronología de la “Evolución de la Escritura”: Inicia con dibujos o bocetos del “4000 a.C.: La pintura rupestre. (Figuras prehistóricas encontradas en las rocas, barrancos, farallones o en las cóncavas paredes de las cavernas. Las manifestaciones pictóricas son las más antiguas que se conocen y datan de 73 mil años de antigüedad. Rupestre del latín “rupestris”- “rupes”, o roca). El instinto racional del ser humano de comunicarse. Asociado a las actividades de caza o a las prácticas religiosas. También, quizás, deseando perpetuar expresión de su existencia ingenian sus maravillosas esculturas y los petroglifos, diseños tallados en roca, mediante el desgate de la superficie.

Luego, más adelante, en el siglo XIV a.C., aparecen los símbolos de la escritura cuneiforme. (El sistema de escritura no es un alfabeto y no tiene letras. Se trata de “600 y 1,000 caracteres utilizados para significar palabras, o partes de ellas, o sílabas, o sus partes”. Idiomas como el sumerio y el acadio fueron escritos en cuneiforme, pero hay otros. Lo que significa que también podría emplearse hoy para “deletrear chino, inglés o español”. Para acuñar grabados utilizaban un estilete presionándolo sobre la arcilla. Alrededor del 3400 a.C., solo eran imágenes elementales y sonidos. En la medida que ampliaron conceptos la escritura siguió utilizándose hasta el siglo 1 d.C.). Luego, otra forma de representación. Los jeroglíficos. Escritura –no con signos alfabéticos y fonéticos– representada por símbolos y figuras. El término proviene del griego que significa grabar o cincelar. El sistema de escritura se atribuye a los antiguos egipcios. Usaron “tres formas básicas de escritura: jeroglífica, hierática y demótica”. Datan del 3300 a.C., en la misma época de la escritura cuneiforme de la Mesopotamia. La simbología figurativa fue parte de la cultura de las antiguas civilizaciones, como la maya, “en forma de ideogramas, logogramas o pictogramas”. Adornaron la majestad de sus templos y la fastuosidad de sus tumbas. Cantan la fascinante historia de sus imperios y de sus endiosados gobernantes. Lo más reciente es el Alfabeto Latino, o abecedario. Término que engloba cualquier “derivación del alfabeto utilizado por los romanos”. Algunos idiomas contienen más letras y otros menos. Es hoy “la grafía más difundida en todo el mundo”. “Los romanos tomaron el alfabeto etrusco –que lo desarrollaron a partir de las letras del alfabeto griego– para escribir latín” y de allí propagado por doquier. El idioma español moderno está basado en el alfabeto latino.

Bueno, hasta hace poco. Hasta que ocurrió el “big bang” tecnológico. Ahora, gracias al uso frecuente de los zombis, desde sus burbujas, adictos a sus aparatitos inteligentes –más inteligentes que ellos– el texto escrito está desapareciendo. Igual que le pasó al buen hábito de la lectura. Queda como herrumbrosas reliquias del pasado. Hoy, la comunicación, la manifestación de los estados anímicos, la forma de saludarse y despedirse, de mostrar enojo, alegría, angustia, contrariedad, estrés, astucia, ignorancia y hasta “pendejitud”, es una especie de regresión a lo rupestre. La tecnología de vanguardia inventó una original forma de socializar; un nuevo alfabeto: Los Emojis. Los Bitmojis y los “Stickers”. Ya no hay necesidad de palabras ni de platicar haciendo uso del abecedario. Las chatarras de los chats cuentan con una flamante herramienta sencilla y expresiva. Tan superficial e inconsecuente como la información y el conocimiento que asimilan sacándole el jugo a las redes sociales. (Aclaramos que el Internet es una fuente inagotable de datos y de información valiosa. Sin embargo los insumos productivos allí están en el escaparate, en completo abandono. Pocos aprovechan los frutos del invento más notable de la era presente. Así como pasan las antiguas bibliotecas, repletas de libros, pero vacías de clientes. No hay lectores que quieran detenerse a hojearlos, ni por curiosidad). (Tan es así que, para estar a tono con la frivolidad de los tiempos, el Sisimite ya tiene su “sticker”. Igual con Winston. Tribunito se adelantó a la ciencia. Ya días es pichingo).

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