La palabrita

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9 de enero de 2022
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12:07 am
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La palabrita

La reelección es ilegal

Por muchos años, la vida política nuestra, estuvo llena de acontecimientos políticos que golpearon duramente la vida institucional. A esa forma violenta de tomar el poder, con saldos dolorosos de sangre, por todos lados, le daban el calificativo de “REVOLUCION”.

La historia de nuestro país está llena de estos aconteci-mientos vergonzosos que sucedían con mucha frecuencia. Hasta se asegura por muchos de nuestros historiadores, que después de la independencia de la corona española, hasta los años treinta del siglo veinte, hubo un total de 64 monto-neras que erróneamente calificaban como “revoluciones”.

Sostenemos que el término “revolución” no era nada adecuado, porque sencillamente de conformidad a nuestro diccionario ideológico, revolución implica cambios estruc-turales profundos en una sociedad, con consecuencias lógicamente en el orden económico y político .

Y que lo que ocurrió entre nosotros, fueron matanzas entre los mismos hondureños, por puras ambiciones personales, que se lanzaban a la toma del poder, algunas veces, apoyados por los gobernantes de los países vecinos esto antes de que vinieran otros intereses económicos a nuestro patio, tal como sucedió con el presidente Soto que llegó al poder por el apoyo de Miguel Ángel Granados, entonces presidente de Guatemala; Manuel Bonilla, que ocupo la presidencia por el apoyo de un gobernante salvadoreño, entre otros tantos que consigna la historia. Entre esos objetivos estaba el de quedarse con los escasos recursos económicos, que se mantenían en el tesoro nacional.

Con el retorno de los gobiernos elegidos por el voto su-puestamente del pueblo, mediante la vía electoral, antes, de haber pasado por gobiernos de fuerza o militares, se empezó a hablar, no solo en Honduras, sino que, en toda América, como nueva filosofía, de parte de nuestro aliado del norte, del retorno de nuestros países a la vida a la democrática.

Y el concepto, se generalizo entre nosotros, pues hoy escuchamos a “experimentados analistas políticos” y legos en la materia, que hay que” fortalecer la democracia,” “de-fender la democracia”, hacer cambios dentro de democracia y un prolongado etc.

Al parecer el simple hecho de estar avocados a procesos electorales cada cuatro, cinco o seis años, se entiende como dice nuestro aliado, como el mejor sistema DE VIDA.

Sin embargo, como le podemos afirmar al pueblo que vivimos el mejor sistema, si somos un país con una profunda desigualdad social, segundo lugar en Latinoamérica, según CEPAL y que cada día crece en forma ACELERADA.

Con grandes limitaciones en los campos de la salud y educación, porque en el país nuestro, se les niega este derecho, que por su naturaleza, debería ser función del Estado, otorgarla, gratuitamente, tal como lo establece la misma Constitución de la República, lo que provoca la competencia del sector privado, permitiendo que la medicina se vuelva una mercancía y de elevados costos.

Con grandes problemas sociales, en todo los órdenes, hoy incrementados aceleradamente, en diferentes sectores, como el de la vivienda, donde la clase media, ya práctica-mente es imposible que compre una vivienda digna, no digamos problemas como el desempleo, generador de una gran cantidad de calamidades, que a diario observamos en nuestras calles por donde caminemos.

Pero entre todas, estas realidades hay una que causa mucha preocupación y es ver cuánto hondureño, tiene que emigrar al país que todos conocemos, en forma ile-gal, en busca de nuevas oportunidades laborales para su subsistencia y la de sus descendientes, en vista de que a nuestro país, se le ha negado una oportunidad para llevar una vida digna.

Cuando analizo esta situación, pienso que cómo es posible, que nuestros analistas aseguren que vivimos en el mejor sistema económico, bautizado por ellos,” como democrático,” en medio de tanta desigualdad social, por todos los extremos. No creen que hasta se puede considerar una falta de respeto para un pueblo, afirmar tal concepto?.

Entre tanto, tengamos paciencia que así como hoy comprendemos lo que es “revolución”, en el futuro en-tendamos realmente el calificativo y extensión del término “democrático”.

Manuel Aguilar Palma
Periferia de San Miguel de Heredia

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