Trojes ahora: 61 años después de la sentencia de La Haya

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9 de enero de 2022
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01:04 am
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Trojes ahora: 61 años después de la sentencia de La Haya

Intenso movimiento comercial.

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email: [email protected]

DANLÍ, El Paraíso. El 18 de noviembre del 2021 se cumplieron 61 años del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, una fecha que pasa desapercibida por los habitantes de esta importante región del país. En la entrega de hoy haré un enfoque visto por uno de los protagonistas directos que estuvo muy cerca de estos importantes hechos históricos, como lo fue el ingeniero Federico González (QDDG).

La verdad sobre Trojes y sus orígenes, una historia pocas veces contada pero llena de realismo y patriotismo, que solo los que estuvieron aquí pueden dar fe, primero de su existencia y segundo del abandono en todos los gobiernos del pasado hasta 1987 cuando se creó el municipio.

Esto es Trojes 61 años después de la Sentencia de La Haya.

La persona que más autoridad tuvo en su oportunidad para contarnos la historia de esta rica región fue el ingeniero Federico González (QDDG), porque estuvo en cada lugar conociendo palmo a palmo cada pedazo de tierra nuestra y al mismo tiempo apasionado por lo que denominó las Tierras del Laudo. Federico González en el folleto “Impresiones de las Tierras del Laudo”, recuerda que en 1953 visitó por segunda vez la región de Cifuentes y Trojes, situada más allá del Portillo de Teotecacinte, sitio este al que los vecinos también llamaban Mata de Guineo.

En junio de ese año la oficina de Estudios Territoriales recibió información que Arenales estaba en poder de la Guardia Nacional de Nicaragua por lo que había que ir para comprobar lo aseverado por la prensa de oposición al gobierno de Juan Manuel Gálvez.

Departamento de El Paraíso: Trojes municipio 19.

El ingeniero González en compañía de Fabio Idiáquez, danlidense y Rigoberto Obando, vecino de la capital, visitaron la zona comprobando posteriormente que todo aquello era un territorio abandonado, desde Trojes hasta la desembocadura del río Cruta en el Atlántico, estaba intervenida por las autoridades de Nicaragua y el gobierno de Honduras apenas ejercía soberanía hasta la aldea de Cifuentes.

Aquella inmensa región de montañas y valles desde Trojes hacia el este, sur-este siguiendo las cuencas de los ríos Patuca y Segovia, recuerda González, son cerca de diez mil kilómetros cuadrados de territorio que por más de medio siglo estuvieron físicamente separados de la soberanía territorial.

Vista aérea de la televisión de Trojes.

CIFUENTES INEXPUGNABLE

Pero para que la historia no se quede corta y los que ahora habitan esta región conozcan la verdad echaremos un vistazo a los comienzos del siglo XX, tal como lo apuntan el ingeniero González, Enrique Constantino Fiallos y Pedro J. Bustillo, en el año uno del citado siglo (1901) llegaron como representantes de Honduras al Portillo de Teotecaciente, trazando en definitiva, la línea divisoria entre Honduras y Nicaragua. Surgiendo entonces el gran problema limítrofe en el oriente. Los vecinos del sur pedían ascender por el filo de la cordillera del río Frío, que abarca de allí en adelante parte del territorio nacional, pues pedían nada menos hasta la desembocadura del Aguán o Romano.

Pero Fiallos y Bustillo respaldados con documentos históricos pidieron que del Portillo de Teotecacinte; término de la tercera sección de la línea divisoria ya demarcada y lugar donde se forma una de las principales cabeceras del río Limón, la línea limítrofe debía de continuar aguas abajo por el cauce de este río hasta donde se une el río Guineo, siguiendo la corriente de las aguas del río Poteca hasta la confluencia con el Segovia. Pero al no ponerse de acuerdo los comisionados, trajo como consecuencia el Laudo del Rey de España en 1906, señalando en definitiva el límite entre los dos países.

Norman Ponce, primer alcalde del municipio.

En el sitio donde hoy se ubica la aldea de Cifuentes en la margen izquierda del río Limón, en la primera década del siglo pasado, solamente existían tres casas en el llano de Potrerillos, nombre primitivo de la aldea. De esta aldea y más allá, unos doce kilómetros del río Guineo, solo había unos pocos ranchos en el sitio que llamaban Trojes, pues no se duda que los pocos vecinos de aquellas montañas, guardaban sus cosechas de maíz. Potrerillos (hoy Cifuentes) como Trojes fueron creciendo por lo que las autoridades civiles y militares de Danlí nombraban año con año los alcaldes auxiliares y los subcomandantes.

Cuando el gobierno de Nicaragua se negó reconocer la validez del Laudo del Rey de España, los caseríos de Potrerillos y Trojes se convirtieron en el extremo de una extensa línea defensiva de más de 500 kilómetros que le sirvió al pueblo hondureño de punto de apoyo para impedir y no dejar pasar una penetración en gran escala.

Centro urbano de Trojes.

Es bueno repetirlo afirma González en sus apuntes, Cifuentes, fue algo así, como el histórico Verdun de la primera guerra mundial (1914-1918). Cuando las huestes germanas invadieron el territorio francés por el norte, en el extremo sur de la línea defensiva de Francia, la histórica plaza de Verdun, permaneció infranqueable durante cuatro años. Cifuentes frenó el avance de Nicaragua por más de medio siglo. Continuaremos con la segunda y última parte de este reportaje la próxima semana.

Río Coco Segovia, marca la línea divisoria Honduras-Nicaragua.
Cascadas durante la época de lluvias.
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