Una piedra en el zapato
Por: Armando Cerrato
Licenciado en Periodismo
Como “DELTACRON” se ha identificado una nueva mutación del virus SARS-Cov 2 que produce la letal enfermedad COVID-19 en una pandemia mundial originada en China y que ha cobrado ya la vida de 5 millones de personas e infectado a más de 10 millones.
El virus SARS-Cov 2 fue identificado en sus orígenes como Alfa y mutó a Beta, luego a Gamma, después a Delta y de Delta a Delta Plus, de Delta Plus a Omicron y se han producido dos aleaciones entre el coronavirus y la influenza y entre las variedades Delta y Omicron, esta última en Chipre.
Lo peor del caso es que en Honduras el gobierno nunca se preocupó por el montaje de un laboratorio dotado de la tecnología y equipos necesarios para identificar rápidamente las sepas que atacan a la población y dar a tiempo los medicamentos respectivos que se ha comprobado a nivel mundial que curan la enfermedad si llegan en tiempo y forma y se envían pruebas a varios países del mundo que tardan días en dar los resultados definitivos y muchos de los pacientes perecen sin saber que los estaba matando.
Los pocos médicos y otro personal de salud que aún quedan empleados en la primera línea de combate al SARS-Cov 2 se encuentran alarmados por el relajamiento de la población ante la decisión gubernamental de abrir la economía, los centros deportivos y los sitios de diversión popular tras unas jornadas de vacunación que se hizo selectivamente ante la opinión contraria de los médicos, que debió ser abierta y sin discriminación de edades, género y posición social además de ambulatoria cubriendo a toda la población en general y haberla decretado obligatoria para toda actividad humana.
El gobierno hondureño recibió importantes donaciones de las vacunas AstraZeneca, Pfizer y Moderna y logró 40,000 dosis de la Sputnik V rusa ignorándose el porqué no obtuvo Johnson & Johnson de Estados Unidos, Primavera y Abdalah de Cuba ni la china Sinovac.
En Honduras se ha logrado inocular con una dosis a 3 millones de personas, con dos dosis a 2 millones y con tres dosis a un millón, hay un millón de personas adultas sin ninguna dosis y se espera la llegada de una donación de los Estados Unidos de América de 2 millones de dosis pediátricas para la inmunización de niños de 5 a 11 años.
Si se logra la inmunización de los niños, la de los padres de familia, los maestros y los jóvenes de 12 años en adelante entonces el país volverá a las clases presenciales en todos los niveles educativos algo que se espera para mayo de este año, tras prácticamente dos años en que los estudiantes hondureños que cuentan con medios tecnológicos han estado recibiendo clases virtuales por lo que miles de ellos han perdido su tiempo ante la ausencia de recursos económicos para la compra del equipo necesario y el pago de derecho de línea.
Los llamados médicos para que la gente se vacune y cumpla con los esquemas establecidos son más que angustiosos ante la aparición del Ómicron y su unión con la Influenza y ahora ante la aparición de la “Deltacron” cuyos efectos en el ataque al organismo humano no han sido determinados aún.
Los médicos, enfermeras, virólogos y microbiólogos y otro personal de salud que aún se mantienen en primera línea en Honduras han condenado el despido masivo de más de 1,500 colegas que atendían centros de triaje que han sido cerrados dizque por falta de fondos e incumpliendo un decreto presidencial en Consejo de Ministros ratificado por el Congreso Nacional de que todo aquel que enfrentase la pandemia en primera línea sería nombrado permanentemente como personal de salud pública.
El gobierno al inicio de la pandemia y durante su desarrollo estos años ha calificado de héroes y heroínas a los que combaten la pandemia en primera línea, mismos que hoy como desempleados se han declarado en calamidad económica pues a muchos de ellos además de haberlos despedido se les debe hasta tres meses de trabajo.
Lo peor del caso es que ni el presidente de la república Juan Orlando Hernández Alvarado, y su consejo de ministros más el Congreso Nacional se han pronunciado en torno al no cumplimiento de su palabra que los médicos hondureños dieron por válida aunque otros sectores les advirtieron en su oportunidad que se encontraban ante un gobierno mitómano que está por entregar el poder el 27 de este mes, debiéndole hasta tres meses de salario más otras prebendas económicas a diversos sectores de la administración pública.
Mientras tanto el estado hondureño bajo el régimen nacionalista sí se ha preocupado por cancelar sus salarios y otras prebendas y canonjías a sus altos ejecutivos y mandos intermedios ignorando las necesidades de las bases.
Al gobierno entrante encabezado por Iris Xiomara Castro Sarmiento, primera mujer en 200 años de vida independiente en Honduras en ser elegida presidente de la república por el partido Libertad y Refundación no hereda una perita en dulce pues ha prometido un gobierno de austeridad, reconciliación, rescate de la seguridad jurídica, la educación pública, la salud, la institucionalidad y la defensa a ultranza de la soberanía nacional… Veremos…
