EN RESUMIDAS CUENTAS

MA
/
11 de enero de 2022
/
12:25 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
EN RESUMIDAS CUENTAS

EL comandante sandinista inició su quinto mandato de cinco años. (Para los abonados del 55 en la chica). Es la cuarta reelección consecutiva y la repetición junto con la Chayo como segunda a bordo. El reino –iniciado después de la defenestración de la dictadura somocista; desde el 2007 como coordinador de una Junta de Gobierno de 1979 a 1985, y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990– apenas tuvo una breve interrupción. Cuando Violeta Chamorro, la viuda del mártir periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, logró unificar, en una gran coalición de partidos, a las fuerzas opositoras. Después de dos períodos del Liberal Constitucionalista –y de pleitos entre dirigentes de ese partido hasta desguazarlo del todo–regresó por la vía electoral. Virtud de las reformas legales facilitadas por el exgobernante preso, a cambio de la gracia de la libertad condicional. Las que en el ejercicio del poder fue perfeccionando. Ya otra vez al frente del Ejecutivo –en resumidas cuentas, también con el control efectivo de los demás poderes– la desparramada oposición no ha encontrado forma de bajarlo.
La crisis desatada por protestas callejeras de los estudiantes a las que se fueron sumando otros grupos cívicos, después de varios meses –entre diálogos fingidos y represión– fue desactivada.

El largo trance de enfrentamientos colapsó la economía. Pero el régimen –sin mosquearse– pudo resistir eso. No permitió los confinamientos –sin que se sepa cifra real de muertes y contagios– para no cerrar la economía durante la peste sanitaria. Durante la crisis política y los molotes hasta la OEA mandó una misión de dormilones dizque a asesorar el gobierno en reformas electorales para elecciones transparentes y observadas que jamás se concretaron. Más bien –utilizando la tregua de las pláticas facilitada por la OEA para cansar opositores y neutralizar obispos y quitarse de encima la mirada escrutadora de la preocupada comunidad internacional– se deshizo de los estorbos legales. No solo reformó la Constitución, asistido por el fallo de magistrados obedientes, que permitieron la reelección indefinida sino que pasó una draconiana ley inhabilitante. En las mazmorras de El Chipote tienen a los presos políticos sufriendo groseros vejámenes. Quedaron fuera todos los candidatos opositores más importantes que se presentaron a la contienda. Por si las moscas –para qué tomar riesgos innecesarios, diría a sus adentros– mejor ir solo que mal acompañado. “Las autoridades disolvieron tres partidos políticos y arrestaron a más de 40 dirigentes opositores, entre ellos siete aspirantes presidenciales”.

Los resultados evidentes fueron descalificados por Washington, la Unión Europea. La OEA, no ha pasado de resoluciones quejándose. Ni modo. Nicaragua mandó aviso al organismo hemisférico –denunciando el pacto–que no quiere seguir perteneciendo a ese club. El gobierno sandinista, en un viraje estratégico de timón, acaba de romper con Taiwán –dándole las gracias por los servicios prestados– agenciándose el apoyo chino. Sus otros aliados, los rusos, los iraníes, los norcoreanos, vietnamitas, turcos, bielorrusos, bolivianos, y los cubanos son algunos que enviaron delegaciones al traspaso del bastón de mando de una mano a la otra mano. Los mexicanos, con mañanitas de serenata, madrugaron al balcón de la toma de posesión. La ceremonia se realizó en la Plaza de la Revolución. Un día después de instalarse la controlada Asamblea Nacional. El oficialismo cuenta con 75 de los 91 escaños. El presidente cubano –así como fue huésped de honor de AMLO en la cumbre de CELAC– lo será del comandante exguerrillero. Su twitter: “Volvemos a la entrañable Managua, capital de Nicaragua, otra nación soberana que se salió del traspatio imperial”. “Venimos cargados de solidaridad a la toma de posesión del hermano Daniel. Cuba vive”. Washington, Canadá y la UE anunciaron otro puñado de sanciones.

Más de Editorial
Lo Más Visto