Carlos Medrano
Periodista
carlosmedrano1@yahoo.com
Después del ostracismo que vivió Honduras durante los últimos años, producto de un liderazgo señalado por corrupción, fraude y narcotráfico, el tener a varios representantes de muchos países en una toma de posesión, representa ni más ni menos, un reconocimiento internacional positivo al gobierno de la presidente entrante, Xiomara Castro de Zelaya.
Es un respiro después de los turbulentos años en los que la comunidad internacional nos ignoró, afectando en gran medida al nombre del país, a los índices de competitividad, al índice de riesgo país, al Estado de derecho y a la imagen internacional.
La visita de la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, significa que la gran nación del Norte mirará con otros ojos a Honduras, después de que el principal socio comercial de Honduras estuvo indiferente frente a la administración de Juan Orlando Hernández, señalado en juicios de narcotráfico en Nueva York.
El último embajador de EEUU en Honduras fue James Nealon (2014-2017) y después de él se han nombrado a encargados de negocios como Lisa Kubiske (quien tuvo un papel protagónico en las fraudulentas elecciones de esos años), lo que evidencia que las relaciones diplomáticas entre los dos países no pasan por su mejor momento.
El triunfo de un gobierno con tendencia de izquierda o del socialismo, representó para el mundo entero como un resurgir de la democracia en nuestro país, debido a que los últimos eventos electorales se habían visto ensombrecidos por un manto de fraude e irregularidades.
Por otra parte, el gobierno de Joe Biden, inclinado a la izquierda democrática y progresista, ha ofrecido prestarle una especial ayuda al Triángulo Norte de Centroamérica, en especial con una Fuerza de Tarea Anticorrupción, para evitar más pobreza en la región y por ende, que no se marchen hacia los Estados Unidos en busca del sueño americano.
Por otra parte, ya confirmó su presencia el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien mantuvo un permanente ataque y cuestionamiento al presidente hondureño Hernández Alvarado.
Honduras necesitará darle seguimiento al acuerdo marítimo firmado entre Juan Orlando Hernández y Daniel Ortega, que nos dará una salida expedita al Pacífico, pero debemos contar con la participación de El Salvador, como parte integral de la solución de este problema en el Golfo de Fonseca.
Sería importante que la nueva mandataria hondureña tuviera una relación más estrecha con nuestro vecino y lograr armonizar las relaciones comerciales y políticas que nos permitan avanzar en nuestras economías y en este caso, en algunas diferencias limítrofes marítimas en la zona del Golfo de Fonseca.
Muchos de los expresidentes que participaron en el ALBA y que tuvieron una relación armoniosa con el expresidente José Manuel Zelaya Rosales, también arribarán a Honduras brindándole el respaldo a la nueva administración.
No hay duda de que la administración de la señora Xiomara Castro deberá caminar al “filo de la navaja”, ni muy a la derecha ni muy a la izquierda, deberá ser estratégicamente inteligente y obtener la mayor cantidad de cooperación económica, por las condiciones paupérrimas con que dejan al país.
EEUU no permitirá que otra “oveja se salga del redil”, Centroamérica continúa siendo un territorio estratégico para las grandes potencias y China avanza poco a poco en la conquista de territorios, ahora bajo la modalidad de hacer estadios de fútbol.
