Mejor vida, mejor entorno

MA
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19 de enero de 2022
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12:26 am
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Mejor vida, mejor entorno

Estoy esperando ansiosamente unos materiales de arte que encargué. Ya sé exactamente que va a suceder cuando me lleguen: me entrará una ansiedad que solo la puedo comparar a aquella que tenía de niña, cuando mis padres venían de viaje y traían regalos para nosotros en sus maletas… pues bien, así me siento cuando tengo materiales artísticos nuevos en mis manos, el mundo me parece más bonito, me levanto más temprano y me acuesto más tarde experimentando. Me imagino que esto mismo les debe de suceder a los músicos con instrumentos nuevos o a un laboratorista con un microscopio más actual y avanzado. No cabe duda de que cuando tenemos a nuestro alcance cosas que nos estimulan, la vida puede mejorar mucho.

También viene a mi memoria momentos en donde la compañía de alguien hizo la diferencia en mi estado de ánimo. Como un pequeño ejemplo, les contaré que mi hija menor es y ha sido un personaje completo, es una de las personas más imaginativas que yo he podido conocer; cuando tenía cinco o seis años era una delicia platicar con ella; exageraba e inventaba historias que hacían que yo riera a carcajadas; cuando me sentía muy cansada y con la mente ofuscada tal vez por estar sentada trabajando largas jornadas, yo la llamaba, la sentaba en mis piernas y le preguntaba: ¿Cómo le fue en la escuela? Ella convertía un día cualquiera en un tiempo lleno de aventuras, peligros, comedia, drama, en fin… yo siempre terminaba de muy buen humor y relajada después de hablar con mi niña. Escuché a una psicóloga decir que nosotros podemos rodearnos de gente “vampiros de energía” o personas “vitamina” que nos llenan de vida y energía. Mi hija menor es definitivamente una fuerte dosis de multivitaminas para mí.

Lo anterior se los cuento, porque estaba escuchando que para crear mejores hábitos y mejorar en nuestras costumbres de manera permanente, lo primero que debemos hacer es cambiar el entorno, por ejemplo: si queremos hacer ejercicio, compremos ropa adecuada, inscribámonos en un gimnasio o habilitemos un lugar en la casa para realizarlo cómodamente, llamemos al amigo “modo Fitness” que tenemos para asistir juntos al gimnasio, etc. En resumen: entre más preparemos el entorno, más fácil será crear rutinas y hábitos de vida mejores para nosotros.

Escuché también, que un estudio científico afirma que, si nuestros amigos o personas con las que convivimos mucho son obesos, hay un porcentaje altísimo de probabilidades de que uno se convierta en obeso, aunque tengamos un muy buen metabolismo. Lo mismo sucede si nos rodeamos de personas negativas y deprimidas; por más positivos y alegres que seamos de forma natural, pronto empezaremos a afectarnos de una mala manera. Los espacios donde estamos, las cosas y gente de las que nos rodeamos y los mensajes que constantemente escuchamos, nos predisponen a tener buenos o malos hábitos en nuestra vida. Yo quiero ser feliz (supongo que ustedes también) y es por eso y porque entiendo que para tener una buena salud y ser un ente productivo para la sociedad necesito mejorar mis rutinas y hábitos cotidianos, que he decidido rodearme de las cosas y de las personas e influencias mejores para disfrutar y crecer en mi vida.

Estamos comenzando un nuevo año, es buen momento de hacer cambios; vaciemos nuestro refrigerador de comida chatarra y compremos frutas y verduras, afiliémonos a esa organización en donde podremos crecer, compremos los tenis para correr, tomemos ese curso que nos ilusiona, busquemos a nuestros “amigos vitaminas”, mejoremos nuestra relación con Dios… en fin, creemos el mejor entorno para que las cosas más lindas surjan desde nuestro interior, así como un pajarillo trabaja arduamente en su nido para que se desarrolle la vida en él.

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