Relación de las madres lactantes con vacunación y sus bebés

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21 de enero de 2022
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Relación de las madres lactantes con vacunación y sus bebés

Por: José Rolando Sarmiento Rosales

Dada la importancia del tema acudimos a fuentes de la Organización Mundial de la Salud, los CDC, así como universidades norteamericanas y europeas. “La leche materna protege contra las enfermedades. La leche materna está llena de inmunoglobulinas que protegen a los bebés contra la neumonía, la diarrea, las infecciones del oído y el asma, entre otras enfermedades. Amamantar inmediatamente después del nacimiento es importante porque el sistema inmunitario de los recién nacidos aún no está del todo maduro. Es por ello que muchas veces se denomina a la lactancia materna como “la primera vacuna”. La lactancia materna en la primera hora de vida reduce en casi 20% el riesgo de morir en el primer mes. Los recién nacidos tienen un sistema inmunológico muy inmaduro y son altamente vulnerables. En Honduras se promueve la lactancia materna de los niños por lo beneficioso para su salud y crecimiento.

La leche materna ofrece protección inmediata, así como estimulación del sistema inmunológico. Durante el primer mes de vida, los bebés que no son amamantados tienen seis veces más probabilidades de morir en comparación con aquellos que sí lo son; entre los 9 y 11 meses aquellos que no son amamantados tienen 30% más de probabilidades de fallecer. Se estima que la lactancia materna subóptima causó el 11.6% (804,000) de las muertes de recién nacidos en 2011. La lactancia reduce los costos asociados con el cuidado de la salud. Solo en los Estados Unidos, si el 90% de las madres amamantara en forma exclusiva durante 6 meses, se ahorrarían 13 mil millones de dólares al año en costos de atención de salud pediátricos y se evitarían más de 900 muertes”.

Vacunas COVID-19 y lactancia: qué dicen los datos científicos. Las vacunas no pasan a través de la leche materna, pero los anticuerpos sí, lo que brinda la esperanza de que los bebés amamantados tengan algún nivel de protección. Hasta ahora, los científicos solo han examinado las vacunas fabricadas por Pfizer – BioNTech y Moderna, y no han detectado las vacunas en la leche materna. Lo que han encontrado son anticuerpos, producidos por las madres en respuesta a las inoculaciones, contra el coronavirus SARS-CoV-2.

“Estamos muy contentos de tener algo bueno”, sostuvo Stephanie Gaw, perinatóloga de la Universidad de California en San Francisco. “Los estudios son pequeños, aún son tempranos, pero muy positivos”. Ahora, los investigadores quieren saber si esos anticuerpos pueden proporcionar a los bebés una protección al menos parcial contra COVID-19. Además, es muy poco probable que las vacunas COVID-19 pasen a la leche materna. El frágil ARN mensajero utilizado en las vacunas Pfizer – BioNTech y Moderna, por ejemplo, está diseñado para descomponerse tan rápidamente que nunca debería salir de las células donde se inyectó, y mucho menos entrar en el torrente sanguíneo y luego en la mama. De hecho, los investigadores no esperan que ninguna de las vacunas actuales se excrete en la leche materna.

Con ese fin, la Organización Mundial de la Salud recomienda que las madres continúen amamantando después de la vacunación. Además, los CDC y el Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización del Reino Unido emitieron declaraciones poco después de que se autorizaran las primeras vacunas en ambos países. Estos señalaron que no se habían identificado problemas de seguridad a partir de los datos disponibles, por lo que las personas que amamantaban podían optar por vacunarse. Hay un tipo de partícula que los científicos están ansiosos por ver en la leche materna después de una vacuna: los anticuerpos COVID-19.

Los investigadores saben desde hace mucho tiempo que los bebés recién nacidos no producen anticuerpos de manera eficaz contra bacterias y virus dañinos; y puede tomar de tres a seis meses para que este tipo de protección se active. Para ayudar en esos primeros días, la leche materna de la madre rebosa de anticuerpos capaces de evitar amenazas potenciales. “Está diseñado específicamente por la madre y por la madre naturaleza para proporcionar al niño la primera vacuna del niño”, indicó Hedvig Nordeng de la Universidad de Oslo, que se especializa en el uso de medicamentos y la seguridad durante el embarazo y la lactancia. “La leche materna en sí misma es más que nutrición, la leche materna es un medicamento”.

No todos los bebés se crían con leche materna, pero los estudios han demostrado que los bebés que amamantan exclusivamente durante los primeros seis meses tienen muchas menos infecciones del oído medio que aquellos que son amamantados por un período más corto, o no tienen ninguna. También tienen un menor riesgo de infecciones del tracto respiratorio. No obstante, los resultados hasta ahora son lo suficientemente prometedores como para que la mayoría de los expertos insten a las madres lactantes a vacunarse.

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