Los crímenes contra la bahía de Tela

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25 de enero de 2022
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01:00 am
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Los crímenes contra la bahía de Tela

Rafael Delgado

Las imágenes de la agresión a los recursos naturales que ocurren en todo el país, en especial en Tela, preocupan. Nos indican que, pese a las suficientes evidencias sobre el peligro de seguir destruyendo el bosque y las fuentes de agua, no hay nada que todavía pueda pararlo. Las constantes denuncias que se han hecho en el pasado quedan solamente en eso y las cosas siguen su curso hacia la catástrofe ecológica. Evidentemente que la conducta humana de destruir un espacio con estatus especial, así como los demás daños a otros lugares, dibujan un problema sistémico que va más allá de una simple irresponsabilidad personal o incluso de un abuso de la institucionalidad pública. Todo indica que además de lo anterior, el sistema completo funciona sin ninguna barrera efectiva; sin desincentivos para actividades económicas peligrosas; al contrario, todo conspira para que haya vía libre y progresen las actividades contrarias al espíritu de la sosteniblidad. En Honduras, proteger los recursos vitales resulta un estorbo y una hazaña peligrosa para quienes insisten en su buen uso. Por otro lado, depredarlos transgrediendo la ley resulta posible.

Las denuncias respecto a los parques Jeannette Kawas y Punta Izopo son parte de ese panorama sombrío por el que tercamente caminamos. No son nuevas las denuncias. Las noticias han aparecido en repetidas ocasiones en los años anteriores destapando situaciones como la depredación del bosque de la zona núcleo para fines agrícolas y ganaderos, la contaminación de las aguas y la muerte de peces en las lagunas. Todo ello indicando lo que ya se ha repetido: la destrucción de los recursos naturales protegidos no queda allí, sino más bien sus efectos se transmiten a otros lados trayendo consecuencias nefastas para toda la bahía de Tela y sus comunidades.

¿Por dónde empezar para cambiar esto? Lógicamente que por la escuela para que se trate de un abordaje a la problemática que resulte sostenible entre generaciones. Allí se debe despertar en los niños y jóvenes, con actividades llenas de contenido y atractivas, el interés por cuidar los recursos de su entorno por el valor que tienen para el bienestar de ellos, de su comunidad y el planeta. Indudablemente que los maestros, en general la política educativa, son protagonistas de ese proceso que, si es exitoso, trascenderá de una simple instrucción escolar a convertirse en un cambio de comportamiento en la escuela y en los hogares de cada uno de los jóvenes hondureños.

Pero hay que seguir en el ámbito de los negocios. Quizás muchos no lo han descubierto, pero las actividades económicas ligadas al medio ambiente, a su cuidado y a su explotación racional, encierran una cantidad considerable de oportunidades interesantes que crean empleo, ganancias y pueden reducir la pobreza. Los ejemplos en países encaminados por la senda del desarrollo sostenible, aumentan y pueden ser una fuente de inspiración para seguir esas prácticas. Se trata nuevamente de un proceso formativo a nivel nacional donde los empresarios, emprendedores y agricultores, así como sus gremios deberán ir sensibilizándose y descubriendo un mundo nuevo de negocios que prometen educar, proteger y generar beneficios en los emprendedores y en las comunidades generalmente sumidas en la pobreza.

Desde la política y sus herramientas se debe contribuir con leyes, incentivos y señales correctas. En primer lugar, las autoridades tanto nacionales como locales, deben hacer cumplir lo que ya está establecido en cuanto a la protección de las reservas naturales y parques. Esto se logra poniendo gente decente y capaz frente a las instituciones públicas nacionales, así como en las alcaldías. Desde la banca pública y privada debieran existir fondos disponibles a condiciones ajustadas para el sector, dedicados al uso de las áreas de los bosques y cuerpos de agua como los que hay en Tela. Las autoridades públicas locales deben de ser coordinares de acciones que faciliten procesos y trámites, garanticen seguridad jurídica y personal a estas, así como complementariedad en las tareas para el desarrollo de agrupamientos importantes de micro y pequeñas empresas dedicadas al turismo sostenible.

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