Óscar Lanza Rosales
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La tranquilidad y esperanza que había levantado el triunfo arrollador de doña Xiomara Castro el 28 de noviembre hasta la fecha, ha comenzado a disiparse con la crisis política y jurídica que se dio la semana anterior con la integración del nuevo Congreso Nacional (CN), el nombramiento de su directiva provisional y directiva en propiedad, al rebelarse 20 de los diputados de Libre contra la designación de Luis Redondo como candidato a presidente del CN, para cumplir los acuerdos con el Partido Salvador de Honduras.
En esta crisis salieron a flote todas las debilidades que por décadas ha venido padeciendo la clase política hondureña: falta de madurez y transparencia, cinismo, deslealtades, zancadillas, improvisación, ausencia de un genuino liderazgo e interés por hacer las cosas correctamente, para prevenir y parar los conflictos a tiempo.
Tanto doña Xiomara como el expresidente Zelaya, cometieron el error de no convencer a sus diputados de la conveniencia de la candidatura de Redondo para cumplir los acuerdos, sino que simplemente lo anunciaron. Y tampoco salieron al paso, como dice el abogado Raúl Pineda Alvarado, para parar oportunamente las candidaturas de Jorge Cálix y otros, a la presidencia de ese poder del Estado. Sin haber tomado posesión, la crisis ya dejó grandes heridas a lo interno de Libre, con la expulsión de 17 de sus militantes más activos y reconocidos.
Las bancadas del Partido Liberal (PL) y Partido Nacional (PN), contribuyeron a la crisis que afectó principalmente a Libre, pero que deja en mal predicado a la clase política en general. PL Y PN en vez de apoyar a los 40 de los 60 diputados de la Alianza Opositora (AO), apostaron a los 20 disidentes y a desmembrar a la AO.
Jorge Cálix y Beatriz Valle, y los otros disidentes, por sus ambiciones de poder, impericia política y por andar aplicando el principio maquiavélico, que el fin justifica los medios, pueden ser los grandes sacrificados de este impase, que pudo prevenirse.
He visto con atención el Frente a Frente del pasado lunes, con el análisis muy profesional, de los distinguidos abogados Oliver Erazo y Ruth Lafosse y el general Luis Alonso Maldonado Galeas; y a la conclusión que ellos llegan, es que tenemos Poder Legislativo, pero que sus dos directivas, encabezadas por Cálix y Redondo, tienen vicios de nulidad, porque en su nombramiento no han cumplido con la Constitución de la República y la Ley Orgánica del Congreso Nacional (CN). Comenzando con la directiva provisional que eligió el ministro de Gobernación, Leonel Ayala, que no le dio la oportunidad a la otra facción de Libre dirigida por el diputado Rasel Tomé, para que propusiera su planilla.
Para estos abogados no hay justificación para la realización de la sesión del CN en Zambrano, donde tampoco se siguieron las formalidades parlamentarias. Y la directiva que preside Redondo es nula porque la presidenta electa, no está facultada para juramentarla.
Dicen estos abogados, que la sesión del CN sigue abierta, que de nuevo, siguiendo las formalidades parlamentarias, los interesados, propongan las planillas para la directiva. Les piden que dialoguen, consensuen alternativas, incluyendo una tercería; que piensen en la tranquilidad del país y la preservación del Estado de derecho.
A la presidenta electa le recomiendan, que para darle legitimidad a su presidencia, a partir del próximo 27 de enero, que va a tomar posesión, debe darle cumplimiento al artículo 294 de la Constitución de la República, que en última instancia puede hacerse juramentar por un juez de letras o de paz.
Doña Xiomara: a pesar de estos quebrantos en nuestro proceso democrático, hay alegría en la sociedad hondureña porque al fin una mujer nos va a gobernar. Especialmente las mujeres están contentas con que usted vaya a dirigir los destinos de nuestra nación. He hablado con amigas y parientes, y casi todas me han dicho, que están orando para que usted haga un buen gobierno y que Dios le dé sabiduría para escoger su gabinete, establecer prioridades y tome las decisiones apropiadas.
Le piden que cumpla sus promesas, que sea un ejemplo de honestidad y que no tolere la corrupción; que gobierne para las mayorías sin exclusión y la población más vulnerable.
También hay pesimismo, porque sospechan que el liderazgo de su gobierno lo tendrá su marido, por lo que le piden se dé su lugar, que se revista de carácter y de la autoridad que le dio el pueblo en las urnas. Doña Xiomara:
¡Que Dios la acompañe en todos los actos de su presidencia! Felicidades y muchos éxitos.
