Asalto al Congreso

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28 de enero de 2022
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12:13 am
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Asalto al Congreso

Por: Carlos López Contreras
Ex Canciller de la República

Todos recordamos que, en noviembre del 2020, ganó la presidencia en Estados Unidos de América el candidato demócrata Joe Biden. Contrario a lo que suele ocurrir en América Latina, en esa ocasión fue el partido de gobierno el que denunció fraude electoral e inició una serie de impugnaciones. La elección fue certificada por el Congreso el 6 de enero del 2021.

En la víspera de la toma de posesión del 20 de enero de ese año, se produjo el asalto violento sin precedentes al Capitolio en Washington, D.C., por partidarios del presidente Donald Trump, en que resultaron 5 personas muertas.

Por el contrario, al presidente Biden jamás se le ocurrió mandar asaltar el Capitolio para asegurar una directiva complaciente en el Congreso.

En Honduras las elecciones del 28 de noviembre del 2021 fueron pacíficas, resultando presidente electa la candidata del partido Libre. Los partidos contendientes, con altura moral aceptaron su derrota y reconocieron el triunfo de la candidata de Libre.

Al considerarse la integración de la junta directiva del Congreso Nacional, los 50 diputados del Partido Libre entraron en conflicto. 20 querían sostener la independencia del Poder Legislativo y 30 convertirlo en apéndice del Ejecutivo.

La presidente electa tomó partido con los 30 que querían un Congreso complaciente y llamó a un asalto del edificio del Congreso Nacional, para intimidar a los diputados “rebeldes” de Libre, después llamados “traidores” y enseguida expulsados del partido.

El asalto del edificio del Congreso asumió la cálida calificación de “vigilia”, pero en realidad era un acto de fuerza, que no da derechos.

Conviene recordar lo que ocurrió en Francia en 1889 cuando el rey Luis XVI mandó expulsar al tercer estado del salón de sesiones, el cual se vio en la necesidad de sesionar en una cancha de pelota, donde se declaró representante de la soberanía popular y puso en marcha la revolución francesa, madre de la democracia universal con sus tres poderes independientes, y llevó a la guillotina la cabeza del rey absoluto.

La directiva que -como el tercer estado de Francia- se vio en la necesidad de sesionar en Bosques de Zambrano, presidió un Congreso Nacional integrado por diputados propietarios de las bancadas de los partidos Nacional, Liberal y los 18 expulsados del Partido Libre, haciendo un total de 79 diputados.

Como se dice popularmente, “el traje no hace al monje, ni las estrellas al general”, el Poder Legislativo está donde estén los diputados propietarios con su junta directiva en propiedad por ellos electa. Un edificio sin diputados propietarios no es nada

El Poder Ejecutivo debe aceptar y reconocer un Poder Legislativo independiente pero complementario, con el cual debe trabajar para llevar a cabo su gestión de gobierno.

La maniobra del Luis XVI que le costó la cabeza, quedó sepultada por la Revolución Francesa y el surgimiento de la democracia y los 3 poderes independientes.

Los pesos y contrapesos de los poderes del Estado constituyen la salvaguardia de los derechos de los gobernados.

No hay que olvidar que “el poder absoluto, corrompe absolutamente”.

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