Siempre una toma de posesión es una inmensa vitrina, en la que las damas lucen regias, muy propias y elegantes, aunque el plató sea un estadio, por tanto al aire libre y con clima extremadamente cálido.
Pero ello no quiere decir que las invitadas se alejen de la elegancia, para el caso muchas de ellas lucieron sombreros, que además de añadir un toque señorial, las protege del sol.
En diversidad de colores y tamaños, fueron portados con garbo, entre las que se atrevieron, ya que en nuestro medio son poco usuales.
Otro accesorio vital son los anteojos oscuros, que añaden ese indiscutible toque que aporta clase, misterio y distinción.
Las clutch y mini bags, también estuvieron de plácemes ya que fueron lucidas y quizá muchas de ellas salieron del fondo del closet, para rivalizar con accesorios personales como collares y discretos aretes, así como anillos, para conformar “outfists” sofisticados.
Y que decir de los zapatos, que en su mayoría fueron estiletos, cómodos y fáciles de llevar en la grama o cualquier imperfección del terreno, puestos muy de moda particularmente por las damas.
