Por: Marcio Enrique Sierra Mejía
La oferta política del Partido Libre ganó las elecciones generales, recién realizadas, el 28 de noviembre de 2021. Y dicho ofrecimiento, supone conducir al país, hacia un socialismo democrático. Lo cual, implica darle un cambio histórico, al proceso de construcción de la democracia hondureña.
Este hecho, de haber logrado mediante la vía pacífica la toma del poder del gobierno, le da la oportunidad política a la Presidente Xiomara Castro, para desarrollar un proceso de democracia alternativo participativo y bajo condiciones jurídico institucionales apropiadas a un Estado social, orientado a sacar del atraso a Honduras.
Sin embargo, los socialistas hondureños ahora que ya conquistaron el poder del gobierno. Están equivocando el camino. Y, el coordinador del partido Libere con su cúpula cercana, quieren imponer, mediante una actitud política autoritaria. Cambios de manera ilegal. Obviando el entramado legal que sostiene el Estado de derecho y que bien permite. Realizar la transición pacífica respetando la Constitución e innovando las leyes secundarias derivadas.
Se observan señales tempranas de emocionalidad vengativa, de insistencia en generar odio social y de rechazar la reconciliación política a fin de alcanzar la democracia socialista democrática. Lo que se postulaba en la campaña, de promover el diálogo o el consenso, no es ahora el anhelo del nuevo gobierno. Se están tomado decisiones de gobernanza autoritarias. Y la desconfianza y malestar ciudadano, las dudas en la empresa privada, en organismos internacionales, financieros e inversionistas internacionales, comienzan a asomar.
La pauta dictatorial antidemocrática, parece ser la ruta de gobernanza que el nuevo gobierno va a establecer. Han empañado la gobernanza de la presidente Xiomara Castro innecesariamente. Y la soberbia, el egocentrismo político, la anarquía política y el absolutismo, siguen predominando como características relevantes en la dirección del manejo gubernativo.
Al violar el marco constitucional que tenemos, a la Presidente, le están encerrando en un entorno maquiavélico que, no le va a permitir, establecer un ejercicio modal democrático porque, lo que va a predominar, será el oscurantismo político y la desesperanza ciudadana.
Mal hacen quienes dirigen el partido Libre, al querer instaurar por la fuerza de la presión popular y la ruptura del orden constitucional, los primeros cambios para reordenar el sistema institucional.
Los traumas emocionales provocados en el pasado, deben superarse siguiendo un comportamiento político emocional equilibrado. No es con acciones ilegales que van a lograr conducir a Honduras hacia el socialismo democrático. Por lo contrario, más bien están demostrando que quieren imponer un modelo político socialista, violento e ilegal. Un Estado dictador. Que manipula la ciudadanía para crear una República socialista, irrespetuosa de la ley y basada en una visión política unilateral, que rechaza el diálogo político y da preferencia a sus propias decisiones bajo un enfoque político socialista antidemocrático.
El socialismo democrático como lo entendemos y lo entienden al nivel internacional, no separa la democracia del socialismo, más bien constituyen una unidad inseparable que, se realiza conjuntamente. Nosotros en Honduras, no estamos observando que dicha unidad, es lo que pretenden. Por el contrario, se ve una práctica política, en la cual, el Poder Ejecutivo, es utilizado para crear una gobernanza, vertical y unilateral, que promueve los cambios institucionales y las nuevas leyes, desplazando a los poderes Legislativo y Judicial, ambos poderes, sujetos al mandato del coordinador general del Partido Libre y la cúpula de políticos que le rodea. Le apuestan al método autoritario de transición del capitalismo al socialismo.
Todo lo anterior ocurre, en un contexto político en el que la oposición por parte de la ciudadanía democrática, brilla por su debilidad, aun cuando hay expresiones políticas de demócratas que, están dando lecturas acertadas, de lo que está ocurriendo en nuestro ámbito político.
Ciertamente, en el Congreso Nacional, se ha producido una “coincidencia” de las fuerzas políticas democráticas, que apoyan claramente, la postura política de que la ilegalidad en el país, es rapante bajo la actual gobernanza. Por otra parte, las fuerzas políticas aglutinadas en Libre, aunque se ven divididas. Lograron un alineamiento claro: oponerse a la formal validación de la directiva de Redondo, para allanar más fácilmente, el camino hacia la sustitución del actual Congreso Nacional. Al imponer esta salida ilegal, asaltan el Estado de derecho e imponen una gobernanza orientada a la transición al socialismo por la vía de la instauración de la Asamblea Constituyente.
El gran desafío que enfrenta la transición al socialismo en Honduras. Es instaurar la Asamblea Constituyente que sustituya el Congreso Nacional de diputados actuales. Y establecer las condiciones jurídico políticas necesarias, para lograr transitar a lo que están considerando, es el socialismo democrático que quieren para nuestro país. Las dudas que surgen, tienen que ver, con el patrón político autoritario vengativo y emocional violento, demostrado por la dirigencia de Libre hoy por hoy. Y que obedecen a traumas pasados aún no superados.
mesm1952@yahoo.es
