Alumnos, maestros y personal de apoyo del Instituto Psicopedagógico Juana Leclerc regresarán a las actividades semipresenciales a partir de mañana, después de casi dos años en clases virtuales.
Con una metodología híbrida, entre lo semi presencial y la virtualidad, unos 120 menores de diferentes edades ya están matriculados en la institución, para regresar a las aulas de clases y a los diferentes talleres.
La directora ejecutiva del instituto, Elga Rosales, indicó que los padres se comprometen a enviarlos “y nuestro compromiso es aquí, donde contamos con todas las medidas necesarias, en todas las áreas, incluyendo señalización”.
El Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) supervisó la institución para verificar que se cumplan todos los protocolos de bioseguridad necesarios para que se puedan impartir las clases.
VARIAS DISCAPACIDADES
“Tenemos niños de diferentes edades, el niño o joven con discapacidad tiene las mismas posibilidades que nosotros, solo que a su ritmo; nuestro fuerte es la atención de quienes tienen problemas de aprendizaje, pero recibimos de varias discapacidades”, indicó Rosales.
Recordó que antes de la pandemia tenían entre 200 y 220 alumnos, pero al llegar el COVID-19 al país esa cifra disminuyó considerablemente a 98. Ahora, sin embargo, la institución tiene una matrícula de 120 pequeños y mantiene sus puertas abiertas para quienes necesiten de este centro de aprendizaje.
La directora aseguró que los docentes tuvieron que reinventarse junto a los niños y los padres, para continuar con las clases de forma virtual y hasta este año 2022 se tiene la oportunidad de retornar a las aulas.
SE REINVENTARON
“Nosotros tuvimos que reinventarnos para dar ese servicio y que fuera siempre de calidad; el niño con discapacidad el tiempo de motivación son segundos y eso se tiene que aprovechar”, afirmó.
“YJuana Leclerc tiene equipos de especialistas en eso, la parte de apoyo emocional, también que nosotros lo tenemos desde siempre”.
Mencionó que en cuanto a las medidas de bioseguridad, trabajarán con un manual que les envió la Secretaría de Educación para adecuarlo a las necesidades de la institución, mismo que se empezó a aplicar desde el año pasado.
“Hemos adecuado cada departamento, donde se tiene una forma de salvaguardarnos, ya que, en el caso del personal de apoyo, las evaluadoras tienen contacto directo con los alumnos”, dijo Rosales.
En cada una de las aulas se cuenta con dispensadores de gel, con ventilación suficiente, área de cocina, baños para niños y niñas, y sobre todo con ilustraciones para que los alumnos puedan mantener las medidas de bioseguridad, apuntó. (DS)
