Diciembre de gozos, enero y febrero de empeños

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17 de febrero de 2022
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12:01 am
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Diciembre de gozos, enero y febrero de empeños

PREVENCIÓN Y SEGURIDAD
Por: José Antonio Pereira Ortega
Coronel ® [email protected]

La mala práctica que nos ha impuesto el consumismo y la costosa tradición de la celebración de “los estrenos y otras necesidades irreales” propias de la época de la Navidad y del Año Nuevo, encubierta en la alegoría de ser una temporada propia para compartir y regalar, pero desafortunadamente se hace desnaturalizando el significado religioso del evento aludido.

Así de manera consciente, y sobrellevados por pegajosas e intensas campañas comerciales de enganche transmitidas repetidamente en los medios de comunicación masiva, en nuestro afán de complacer a parientes y amigos nos lanzamos a efectuar compras desmedidas, que dejan corto los aguinaldos de los que tienen ese salvavidas, que no es para eso, y por si fuera poco confiados al respaldo de las tarjetas de crédito y los créditos onerosos ofrecidos, nos embarcamos en un endeudamiento que será difícil de cumplir.

En cualquier caso, muchos hondureños, iniciamos el “Feliz Año Nuevo”, endeudados hasta la coronilla y muchos con una adicional pesadilla en este año, la amenaza de perder su empleo por razones políticas en el cambio de gobierno porque su partido y candidato perdió, menudo problema que se repite cada cambio de administración.

No obstante, la deuda tendrá que honrarse tarde o temprano a riesgo de perder lo adquirido, y para lo cual se ofrecen algunas “alternativas”, por la vía de sus tarjetas de crédito, “se le abren las trampas de los onerosos extrafinanciamientos” con unos intereses que lo endeudan mucho más y por ello sujeto a ser llevado a la Central de Riesgo de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros, perdiendo toda posibilidad de préstamos de todo tipo.

De hecho y con ese incierto panorama, los endeudados deben recurrir en una práctica comercialmente viable, que se vuelve común y necesaria en tiempos de necesidad, “empeñar sus bienes”, una salida temporal que se multiplica en enero y febrero después de un diciembre de gozos.

A la situación en cuestión, tenemos que agregarle que como país experimentamos el detrimento económico causado por los efectos de la pandemia, resumida en paros forzados y cierres de empresas con la consabida pérdida de empleos, con los efectos negativos en los ingresos de las personas que no previeron estas circunstancias y se endeudaron inadvertidamente, debiendo recurrir a mecanismos como el empeño de sus prendas y en las cuales se dan muchos inconvenientes, como el de empeñar objetos de valor sentimental y tradición familiar por valores ridículos, pero cuando la necesidad obliga se vuelven secundarios.

Visto así, y expresado claramente hay que dar un concepto de qué es el empeño: es la acción por la cual un individuo, empresa o casa de empeño como ente mercantil autorizado, ofrece al mejor postor préstamos garantizados con una prenda o elementos de propiedad personal, que al ser evaluados y aceptados se convierten en promesas de pago o simplemente en una garantía, que pueda subsanar el pago de lo prestado por la misma.

En el presente artículo y con el objetivo de dar ideas que sirvan de guía a los obligados a ejecutar esta transacción, de licito negocio y en la cual se establece una relación comercial por la cual una parte, ofrece una prenda en garantía convirtiéndose en prestatario y la otra parte se convierte en prestamista.

En consecuencia, por esta vía, la persona endeudada tiene “la oportunidad” de obtener un préstamo por la cosa empeñada, y con ello tener la salida económica del eventual problema de la deuda, a sabiendas que en esa acción puede perder la prenda empeñada, si no la rescata a tiempo y de hecho facultar al prestamista a venderla debiendo aceptarlo, puesto que así fue el acuerdo.

A continuación, expongo algunos consejos o guías para enfrentar la situación que amerite realizar el empeño:

1. Buscar otras opciones, por ejemplo, agotar las instancias con familiares y amigos y hasta, con su empleador, como un adelanto del decimocuarto, vacaciones pagadas, etc.
2. Conocer el procedimiento de empeño como ser el proceso, tiempo y procesos, para no firmar a ciegas.
3. Prepararse para el empeño, por ejemplo, visitar al menos unas tres casas de empeño, para evaluar y comparar y escoger. También verificar que la institución esté en la lista de casas registradas.
4. Al acudir a empeñar, hágalo a primera hora, evitando las horas pico, asista acompañado, asegure no exhibir innecesariamente la prenda, sacarla al momento de estar con el prestamista y le haga oferta del monto y que pueda aceptar o rechazar, en caso de aceptar tener cuidado de revisar la boleta de recepción, ya que será su garantía, y detalle de las condiciones de recuperación.
5. Desconfíe de personas o “coyotes” apostados en las entradas, quienes le ofrecen comprar o dinero para el empeño de la prenda, estos le pueden robar o timar.

Es procedente concluir recomendando que empeñar sea su última opción, pero es preferible no gastar en gastos suntuarios y comprometerse más de lo que pueda financiar.

 

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