El Sahara Occidental: un horizonte lejano aunque no extraño para Honduras
Por: Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación ®
“El nombre Magreb, es una derivación del árabe, voz que significa lugar donde se pone el sol, constituye la parte más occidental del mundo árabe; Marruecos, Mauritania, Argelia, Libia y Túnez son los cinco países del norte africano que conforman la región conocida como el Magreb. Son unos 7,500 kilómetros los que separan en forma directa nuestro país con dicha región, lo que equivaldría aproximadamente a 10 horas de vuelo privado directo, lo señalado es tan solo un panorama relativo a tiempo y distancia… nada más.
Los piases que conforman la referida región, comprenden una extensión de 6,041 millones de Km2, los cinco países citados, establecieron en 1989 la Unión del Magreb Árabe (UMA), de la cual se excluyó al Sahara Occidental, por tratarse de un territorio en disputa; según datos del 2018, unos 100 millones de personas habitan la región los cuales en su gran mayoría profesan la fe musulmana suní” (Wikipedia).
El punto de la discordia en la región Magreb, lo constituye el territorio denominado Sahara Occidental, constituido por una extensión de 266,000 Km2 y habitado por 582,000 personas (dato del 2019), dicho territorio es ocupado y administrado por Marruecos cual ellos denominan Provincias Meridionales, aclarando, que algunos espacios de esta región, son controlados por la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD); es preciso señalar, que la soberanía marroquí sobre este territorio, no es reconocida por la ONU, siendo el estatus actual de Sahara Occidental, el de territorio autónomo, solo reconocido actualmente por algunos países del mundo en su mayoría africanos, la RASD, tampoco es reconocida por la ONU, ni por la liga árabe, ni por algún país europeo, ni por ningún miembro del Consejo de Seguridad de la ONU.
El conflicto por la disputa del territorio del Sahara Occidental, es considerado por la ONU, de características regionales. La ONU acordó un referéndum de autodeterminación en 1988, luego se logró un alto al fuego a partir de 1991, pero el referéndum sigue pendiente. Muchos hechos se continúan dando en relación a este conflicto, algunos relacionados con la ruptura del cese de fuego, pero el más relevante, fue la decisión del presidente de EEUU Donald Trump, de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el territorio del Sahara Occidental, hecho ocurrido el 10 de diciembre del 2020.
Como hemos tratado de explicar, este es un conflicto complejo en donde hay intereses estratégicos de por medio, pero con características regionales y culturales propias.
No obstante, Honduras ha sido parte de la búsqueda de la solución al conflicto, al formar parte del contingente de las Fuerzas de Mantenimiento de la Paz, de la Misión de las Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO), misión que se ha cumplido ininterrumpidamente y con gran éxito, desde 1992 hasta la fecha.
Considero que nuestra cuota de colaboración en la solución de este conflicto ha sido y está siendo cumplida con la presencia de nuestro Contingente de Paz. Vale preguntarnos: ¿qué puede aportar un mayor involucramiento?, quizá nada más que perturbar o desandar lo andado.
Hay tantos casos de orden diplomático y carácter estratégico vital, en nuestro patio, hay que aprovechar ese ímpetu y energía del momento, en solucionar nuestros problemas limítrofes domésticos; considero inoportuno atisbar el horizonte hasta unos 7,500 Km… ¿por qué o para qué ser parte del conflicto? Acaso debemos desconocer que desde 1992 somos parte de los esfuerzos por la solución.
Desde mi punto de vista eminentemente ciudadano, considero inoportuno y acelerado demostrar simpatías -in situ- hacia un territorio autónomo como Sahara Occidental, estimando que dicha acción, no obedece apropiadamente, a políticas, intereses y objetivos de Estado en el ámbito diplomático.
Consideramos oportuno y conveniente fortalecer nuestra relación con Marruecos con quien ya existen los nexos diplomáticos; pero esperar que en el Sahara Occidental se lleve a cabo el esperado referéndum, ¡esa es la disposición de la ONU!, hay que acatarla y aceptar que los resultados del proceso serán la solución del conflicto.
