Enderezar el rumbo

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18 de febrero de 2022
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12:11 am
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Enderezar el rumbo

Por: Edgardo Rodríguez
Politólogo y Periodista

Desde el año 2006 a la fecha Honduras es un barco que navega en aguas turbulentas dando tumbos, golpeado por pesadas olas que se traducen en interminable crisis económica, política e institucional, que nos ahoga en el atraso, la pobreza, la corrupción, la ruina social y valórica. Como sociedad perdimos el norte, no tenemos guía, desde la administración de Manuel Zelaya, hasta la actual, se acabaron los capitanes capacitados y visionarios para llevar a esta nación a buen puerto. Nos cayó la plaga de la corrupción pública, la penetración del narcotráfico en las empresas e instituciones fundamentales, la fiebre del izquierdismo cavernícola y la taimadés para gobernar.

No lo podemos ocultar, en los tres últimos períodos nacionalistas se produjeron graves atentados al Estado de derecho, se dobló la institucionalidad, provocando una enorme distorsión en su funcionamiento. Pero la administración de “Mel” Zelaya no se salva en lo más mínimo, lo que pasa es que el tiempo ayuda a borrar la memoria colectiva, muchos ya olvidaron la carretilla, las avionetas con droga que caían a diario en Olancho, la Policía Nacional al servicio del crimen organizado y la vulgaridad elevada a categoría de gobierno, todo eso casi se desvaneció en el pasado.

Somos la vergüenza del continente, y no me digan que es solo por el reciente pasado gobierno, por suerte no todo el planeta está pendiente de este pedacito de tierra, más allá del Atlántico están atentos a los tambores de guerra, no tienen tiempo para ruralidades. Izquierda y derecha, empresarios y políticos, ricos y pobres, todos, tienen una cuota de responsabilidad, nadie puede lanzar la primera piedra, nadie. No hay huracanes, terremotos ni pandemias que nos hagan reflexionar, cambiar esta actitud autodestructiva y enferma que campea engalanada por toda la geografía. Y cuando parecía que ya no podíamos estar peor, llega el nuevo gobierno, imitando y superando los vicios e ilegalidades que tanto criticó. Ganaron en buena lid, con claridad, pero a casi un mes de estar en el poder se han visto acciones de espanto, por lo que muchos se preguntan qué irá a pasar dentro de seis meses.

Y los analistas y conductores de foros de la televisión ¿dónde están? Los que hasta el 26 de enero todo lo veían malo, pero hoy están silenciados, callados, dicen que varios de ellos ya están enchambados y otros con esperanzas de recibir algunas jugosa asesoría, qué bueno, tienen derecho al pan de cada día, no se les censura, pero si fueran coherentes, así como antes se les hinchaban las venas contra el que se fue, así hoy deberían reclamar respeto a las leyes y las instituciones, que ya empezaron a ser atacadas a vista y paciencia de todos. Por eso, hay que buscar una salida a esta vorágine interminable, a esta guerra no declarada, que pareciera que en cualquier momento se puede volver más y más violenta de lo que ya es.

Porque en esta encarnizada confrontación política e ideológica, todos estamos perdiendo, los triunfos son efímeros, los únicos que están ganando son los criminales organizados, que ven con felicidad que el gobierno se distraiga en asuntos fratricidas y descuide sus tareas de seguridad interna y las amenazas externas. Honduras no es de rojos, ni de azules, es de todos, los que ganaron las elecciones no tienen derecho de “darle vuelta al país”, no es verdad que tienen un mandato del pueblo para extralimitarse. Su tarea es sencilla, hacer mejor las cosas, generar empleo masivo, atraer nuevas inversiones nacionales y extranjeras, cumplir la ley, luchar contra la corrupción e impunidad y no intentar inventar el “agua caliente”. No es una Asamblea Constituyente la que va a enderezar a Honduras, sería suficiente con que se respete la ley, que exista orden y una justicia independiente, con eso se generaría el ambiente propicio para empezar a enderezar este abollado barco, que por momentos parece que se hunde.

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