Incursionando en terreno desconocido
La reelección es ilegal
Miguel Guzmán era un médico muy reconocido en su pueblo. Con 60 años de edad, un día, le comentó a su esposa: ayer llegaron a la clínica unos amigos y me dijeron que me lanzara como candidato a diputado. ¡Lo que quieren es sacarte dinero! Exclamó su esposa. Después de dar una buena contribución al partido, el doctor Guzmán andaba haciendo campaña: ¡Con nuestro candidato a presidente, vamos a realizar cambios de arriba abajo! ¡Vamos a sacar las manos de los corruptos del tesoro público! Decía. Ganadas las elecciones, llegó el nuevo y flamante diputado al Congreso Nacional.
Durante los cuatro años de su período, el doctor Guzmán pasó sumamente ocupado, revisando anteproyectos de ley que nunca fueron discutidos en la Cámara. Preocupado porque estaba terminando su período, preguntó al secretario del CN cómo introducir una moción. Escriba lo que quiere proponer, le respondió. A la mañana siguiente, el doctor le entregó una nota en la que decía que quería proponer cambiar el Himno Nacional, porque eso de “serán muchos Honduras tus muertos, pero todos caerán con honor” no le parecía. Por la tarde, el doctor encontró en su escritorio un papel con la firma del presidente del CN que decía: ¡ni se le ocurra!
Finalmente, el doctor regresó a su pueblo sin haber cumplido ninguna de sus promesas de campaña, ni formulado una tan sola propuesta de ley. Cierto día, un paciente le preguntó: ¿por qué abandonó la política doctor? Eso era un terreno desconocido para mí y esa experiencia me salió muy cara, contestó el doctor Guzmán.
María del Carmen Ayes Cerna
Tegucigalpa, M.D.C.
