Reseña: El padre Valentín Villar y su semblanza sobre el padre Manuel Subirana

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20 de febrero de 2022
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12:13 am
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Reseña: El padre Valentín Villar y su semblanza sobre el padre Manuel Subirana

Manuel Subirana

Por: Miguel Rodríguez A

El padre Valentín Villar publicó en 1955 una importante semblanza lirica-documental sobre la vida del padre Manuel Subirana. Misionero Manuel de Jesús Subirana como lo tituló su autor, merece especial consideración bibliográfica actual por su amplio carácter narrativo y documental que tuvo como objeto desde una visión histórica y devocional, reivindicar al biografiado.

Fue producido en una época en el que se tenía una profunda religiosidad al recuerdo de Subirana, una cierta accesibilidad a la documentación decimonónica y un relativo interés oral y documental por divulgar los hechos que impactaron la vida de los hondureños del siglo XIX. Su aporte radica en narrar devocionalmente y más allá de la tradición la vida del padre Subirana

Fue publicado en dos partes por la Revista Correos de Honduras, año I, n. 9 y 10 como una forma de divulgar el recuerdo histórico del Ángel de Dios. Su introducción es cautivadora por su profundo y emotivo carácter. Escrita por un seguidor de San Alfonso María de Ligorio, además, evidenció un cierto interés religioso y estatal por la difusión de la vida del padre Subirana. Una perspectiva devocional con un interesante tono histórico al consultar su autor diferentes fuentes históricas. Tal es el caso de los informes de 1937, año de la exhumación de Subirana por la Iglesia Católica hondureña.

El marco bibliográfico en que fue producido es caracterizado por su amplio interés estatal por divulgar las tradiciones, lo nuestro, algunas veces recurriendo a la evidencia documental como una forma de incentivar un sentido de pertenencia en un momento en que el Estado de Honduras luchaba por su modernización y consolidación nacional. Este contexto es relevante ya que permite comprender como se ha transmitido a través del tiempo la figura del padre Subirana más allá de los contextos orales. Esta semblanza biográfica no solo utiliza la evidencia oral, su documentación es sobresaliente.

Fue reproducido en “Tradiciones de Honduras”, sección en donde la revista difundía diversidad de información cultural del país. El autor se nutrió del amplio conocimiento oral que en diferentes regiones se tenía acerca del padre Subirana en su tiempo.

La diversa tradición oral principalmente en Olancho y Yoro conllevó a una cierta popularización del legado del padre Subirana, produciendo con esto su amplio legado cultural en muchas regiones de Honduras. Este análisis es oportuno, ya que, si pretendemos entender la vida y obra del padre Manuel Subirana, en el presente siglo, será necesario contextualizar la producción escrita acerca de este en cualquier época y perspectiva. Por eso, la obra del padre Villar contrae importancia ya que, desde una instancia estatal, como ser el “Órgano Oficial de la Dirección Nacional de Correos”, promovió la figura, tomando en cuenta su devoción y la documentación a la cual tuvo acceso.

Aunque no conocemos la vida del padre Villar, hoy olvidado en la historia, aducimos que este tuvo acceso a la documentación eclesiástica, que hoy desconocemos.

Las líneas de esta semblanza se resumen de esta forma: describe un poco la formación y crianza, considera el contexto de la Europa post Napoleón para referirse a la formación social de Subirana, un tiempo en el que desarrolló su amplia vocación hacia con los más necesitados, y su formación sacerdotal y social que vivió primero en Cataluña y después en Cuba, para terminarla en la Honduras de 1864. El autor apela a una evidente visión religiosa. Toma en cuenta su inclinación clerical que lo llevan a interpretar a un Subirana como el hijo de Dios.

El aporte más significativo de la obra del padre Villar es su amplio carácter documentalista del proceso misionero de Subirana. Notamos que el autor, tuvo acceso a un buen número de documentos de la época y a la evidencia oral de sus contemporáneos. Esta posición hace que el padre Villar no escape de las interpretaciones populares que se tenían acerca del padre Subirana, infiriendo a este como un -según el mismo texto- ser extraordinario, cuasi mágico.

Su emotiva semblanza inicia así:

El director de Correos te va a proporcionar un viaje por la República de Honduras. En este viaje, amado padre, vas a recorrer los caminos que tantas veces anduviste, vas a recordar, después de 91 años, las tierras queridas que en vida te recibieron como a ángel de Dios, vas a recordar los fructíferos años de apostolado, las marchas a pie rodeado del cariño del pueblo que te seguía con la fe que hubiera seguido al mismo Dios, a quien representabas; tal vez encuentres algún cambio en los caminos que anduviste, pues varios montes han sido talados y varias quebradas se han secado, pero la tierra es la misma y te quiere y te recuerda. Al ir encerrado en la mochila de lona de algún cartero tal vez te asomes a observar algún paisaje algo desconocido, es que los habitantes se han ido a vivir a otra parte, con la esperanza de mejorar de fortuna.

Correos de Honduras fue una revista de difusión periodística y cultural fundada en 1955. Fue dirigida por el Dr. Raúl Agüero Vega, prominente escritor y fotógrafo hondureño. Con una amplia producción periodística Agüero Vega ejerció la dirección nacional de Correos de Honduras, nutriendo este contexto bibliográfico con la revista en mención. Esta producción bibliografía descansaba en el carácter estatal, ya que la misma tenía como objetivo alcanzar esfuerzos en pro de la noble causa de la cultura nacional y de un mejor desarrollo en las actividades… por la cultura patria y por el mejoramiento en el servicio de correos de la República.

Fue financiada por el Ministerio de Fomento a cargo del Ingeniero Gregario Reyes Zelaya y tuvo como equipo de redactores, además de su director, a los periodistas Carlos R. Soto, Jorge Tróchez M., Ramón Inostroza y Arturo Santos Vallejo. Correos de Honduras actualmente está siendo digitalizada y difundida por Tzibalnaah, programa que ejecuta la Dirección Ejecutiva de Gestión Tecnológica de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

En este mismo número de la revista y sección se publicó la Leyenda del Bulero, apelando a la tradición oral y a la documentación existente en Gracias. Nuestro autor hace referencia a un documento escrito por Subirana fechado el 24 de abril de 1859 en donde narra el proceso litúrgico con el cual, a petición de los gracianos, contrarrestaría la maldición que durante un tiempo se mantuvo en la ciudad. El padre Avelino Martínez, párroco de Gracias para ese momento (1859), documentó -según el autor- este hecho.

 

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