Que Dios nos agarre confesados
Rodolfo Guillermo Pagán Rodezno*
A la luz de lo ocurrido en los últimos años en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, donde el expresidente de la República, señor Juan Orlando Hernández fue mencionado en reiteradas ocasiones en los juicios instruidos contra varios acusados por delitos relacionados con el tráfico de drogas, incluyendo su propio hermano, quien fue condenado a cadena perpetua, además del reciente anuncio de la cancelación de su visa y su inclusión en la denominada “Lista Engel”, era cuestión de tiempo para que el gobierno de los Estados Unidos de América solicitara su extradición para ser juzgado en ese país.
Según trascendió, el señor Juan Orlando Hernández, ha sido requerido por los delitos de conspiración para importar, fabricar y distribuir droga hacia Estados Unidos, además del uso de armas de fuego y la instigación para el uso de las mismas así como el uso de armas de fuego para la importación de drogas, delitos que están sustentandos en 32 medios probatorios, los que serían presentados en el juicio que eventualmente se le seguiría en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, por lo que podría ser condenado a la pena de cadena perpetua más 30 años de cárcel, debido a la gravedad de los cargos en su contra.
En virtud de la solicitud de extradición, el señor Juan Orlando Hernández, fue detenido por la Policía Nacional, y presentado ante el Juez de Extradición de Primera Instancia nombrado por el Pleno de la Corte Suprema de Justicia, el que dictó detención provisional, a pesar de la solicitud de arresto domiciliario de sus abogados defensores, y señaló audiencia de presentación y evacuación de pruebas para el día 16 de marzo del año en curso, por lo que el proceso se extenderá varios meses, hasta concluir con el otorgamiento o la denegatoria de la extradición, aunque cabe mencionar que hasta la fecha se han otorgado 32 solicitudes dejando diferida la ejecución de algunos casos por estar cumpliendo penas en el país.
De esta manera, el señor Juan Orlando Hernández, se convierte en el tercer exmandatario de Centroamérica en ser solicitado en extradición por el gobierno de los Estados Unidos, junto con el tristemente célebre general Manuel Antonio Noriega de Panamá, quien fue condenado a 40 años de prisión por cargos relacionados con contrabando, drogas y extorsión; además de Alfonso Portillo, expresidente de Guatemala, quien fue condenado a 5 años y 10 meses de prisión por lavado de dinero.
Sin duda que la solicitud de extradición del expresidente de la República, es un duro llamado de atención tanto para los entes encargados de impartir justicia en el país, los que con sus actuaciones y omisiones han fomentado en muchos casos la impunidad, como para aquellos personajes,que creen y se han creído intocables, y es que se menciona que faltan varias solicitudes más por ejecutarse incluso en los próximos días, lo que ha provocado la intempestiva salida del país de algunos individuos, por lo que deben tener presente, que efectivamente, nadie está por encima de la ley, de los Estados Unidos de América, al menos.
Que Dios guarde a Honduras.
*Abogado y Notario.
Máster en Derecho Empresarial
