Beatriz y la ilegalidad

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25 de febrero de 2022
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12:04 am
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Beatriz y la ilegalidad

Por: Edgardo Rodríguez
Politólogo y Periodista

No me imaginé que algún día iba a coincidir con posiciones políticas asumidas por la honorable diputada del Partido Libre, Beatriz Valle Marichal, pero así es la vida, no es una carretera en línea recta, como la de Comayagua, y en estos asuntos públicos hay coyunturas muy cambiantes, que a uno lo pueden llevar acercar posiciones con sus opuestos, lo que no significa coincidir en todo. A lo que me quiero referir es a la postura, de la parlamentaria Valle Marichal, en torno a la ilegalidad en la que aún se encuentra sumida la junta directiva del Congreso Nacional, que espuriamente coordina Luis Redondo. Su voz no resuena como la de un presidente, es la de un diputado más.

Desafortunadamente es común que cuando los políticos hondureños llegan a administrar el gobierno, que no es lo mismo que tener el poder, muchos de ellos se pierden en la neblina de su ego, creen que sus prerrogativas y autoridad será eterna, se equivocan, los que acaban de salir de allí y que cometieron abusos lo están empezando a experimentar en carne propia. Por esa simple razón los “libres” deberían escarmentar viéndose en el espejo del reciente pasado, pero parece que no aprenden la lección. El señor Redondo, Nasralla y “Mel” nuevamente hacen uso de la arrogancia para incumplir con las promesas de cambio y para hacer las cosas mejor que antes. Y es poco inteligente escudarse en el pasado y decir que antes se cometían arbitrariedades en el Congreso Nacional, ello para pretender ocultar las ilegalidades actuales.

La crisis inicial del Congreso se superó en su forma, mas no en su fondo. Hoy Redondo se sienta en la silla del presidente, pero legalmente él sabe que no lo es, ha preferido entrar por la puerta de atrás, la inmediatez de su vanidad le impide ver más adelante, no quiere darse cuenta que en el cercano futuro lo espera el implacable veredicto de la historia, tampoco le preocupa las implicaciones que su ilegal nombramiento tendrá y las consecuencias para el país. Se los ha dicho varias veces la diputada Beatriz, pero las turbas se conforman con silbarle y gritarle, su rancio sectarismo les impide ver como ella se enaltece ante los ciudadanos que no son borregos de una bandera partidaria, que dicho sea de paso, son la mayoría. Bea, como le dicen, valientemente no reconoce la junta directiva actual del Congreso, pero ha tenido el coraje de decirles que los apoya para que arreglen ese vergonzante entuerto, lo mismo ha declarado, Tomás Zambrano, jefe de la bancada del Partido Nacional, ellos también se han comprometido a votar en favor de legalizar la actual estructura que ilegítimamente ocupa la mesa principal del hemiciclo.

Afuera del Legislativo las cosas parecen estar igual de divididas, entre los que vemos la ilegalidad y los que la ignoran. Para el caso, los opinólogos simpatizantes o militantes del actual régimen, que antes criticaban todos los días las arbitrariedades o ilegalidades azules, hoy callan y en el colmo del cinismo algunos de ellos hasta se atreven a decir que “ya se arregló todo”, falso, nada se ha arreglado, lo ilegal lo sigue y seguirá siendo, hasta que 65 diputados propietarios no levanten su mano ratificando a Luis Redondo y compañía. Mucha gente creyó en las promesas hechas durante la campaña y lo que han dicho en algunos pocos discursos o declaraciones en este primer mes de gobierno del “socialismo democrático”, tanto “Mel”, Xiomara, Nasralla y sus voceros han prometido hacer las cosas diferentes, pero en ciertos temas sensibles de la agenda pública ya le están fallado a sus votantes y al resto que los observa en silencio. Corregir errores no es ninguna derrota, al contrario, enaltece al que lo realiza, lo eleva y dignifica. Hay tiempo de corregir errores, aún no se ha avanzado mucho, apenas un mes del nuevo gobierno, háganle caso a Beatriz y a muchos otros de hondureños, corrijan esa ilegal junta directiva del Congreso Nacional.

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