Esto, Fabio, que ves es la caída de un poder absoluto

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25 de febrero de 2022
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12:05 am
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Esto, Fabio, que ves es la caída de un poder absoluto

¿Vuelven los oscuros malandrines del 80?

Por: Óscar Armando Valladares

En la vida de hombres y mujeres hay un relieve de altas y bajas; de formas complejas por las que se trasciende o se sucumbe, así en el círculo doméstico, así en el ámbito social. De virtudes y vicios hablaban poetas y filósofos, al sopesar los actos y conductas de sus contemporáneos. De bondades y maldades -cual formas distintas y tiesamente contrapuestas- se alude todavía al complicado modo de pensar y proceder. De honradez y corrupción escríbese más al día sobre el comportamiento que contrae el individuo en sus relaciones con el Estado, la sociedad y en el micromundo familiar.

Estas cavilaciones saltan de golpe, al contemplar el drama de un clan -el de Hernández Alvarado-, hasta hace poco encumbrado pese a vientos presagiosos, con Juan Orlando y Ana García a la cabeza; clan que por tantos años mantuvo su vigencia con el favor de cúpulas afiliadas al poder del dinero, embadurnado por sustancias tóxicas, sostenido por las fuerzas de las armas y las armas de una fuerza mediática, en fin, hecho gobierno a nombre de un partido en cuyas aguas han sobrenadado tiburones y peces gordos.

Temprano despertó en la pareja de mérito el gusto por la pompa y el poder: él, viéndose en el espejo, escalar posiciones sin reservas; ella, imaginándose primera dama, como refería a un cercano compañero suyo. De dirigente estudiantil en el Frente Unido Universitario Democrático (FUUD) -mientras cursaba en la UNAH estudios de derecho-, pasa JOH a ocupar puestos en las huestes de la juventud adscrita a la bandería de la estrella solitaria. A más de ejercer menesteres abogadescos, entra de lleno en los cuadros importantes nacionalistas, figurando en el gobierno de Ricardo Maduro como diputado y secretario del Congreso Nacional, presidido entonces por su amigo Porfirio Lobo. Ana García corona también la carrera de leyes.

Al erigirse Lobo en presidente de la República -luego del golpe de Estado de 2009- Hernández “logra” comandar la asamblea parlamentaria y, desde allí, catapultar su liderazgo con miras a la casa de gobierno. Dos hermanos suyos, Hilda y Antonio -Tony- Hernández, aparecen asimismo en el ruedo político. La corrupción y el narcotráfico han comenzado a incidir fuertemente en las esferas del sector público. Recuérdese, a propósito, el antecedente del hondureño Ramón Matta Ballesteros, quien tildado de narco había sido detenido el 5 de abril de 1988, llevado a Estados Unidos y puesto a la sombra de por vida.

Sospechas y supuestos de lo que se daba en el país, quedan al trasluz en la “Nota verbal 119-2022”, donde se puntualizan los cargos contra Hernández, (narcotráfico, conspiración para delinquir, acarreo de armas), elementos de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York para demandar su extradición. Según el documento, desde 2004 la política y el narcotráfico entraron en asociación ilícita, aflorando, entre otros nombres, los de Tony, Orlando y Lobo. Amenizada por millones de dólares la fiesta parecía no aguarse y daba más bien sus réditos. Por caso, Víctor Hugo Díaz (El Rojo) suplió unos 100 mil dólares a Hernández para negociar en 2009 la presidencia del Congreso, a cambio de diversos beneficios.

Por ese año -prosigue la nota- Lobo comenzó a hacer campaña para presidente de la República. Él y su amigo “trabajaron juntos para obtener aproximadamente 2,000,000 de dólares, de ganancias del narcotráfico de Amílcar Alexander Ardón Soriano”. En la campaña presidencial de 2013, “Hernández aceptó aproximadamente 1 millón de dólares en ganancias del tráfico de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, pagados a través de Tony. A cambio “prometió seguir protegiendo las actividades del cartel de Sinaloa en Honduras”.

Encima de estas componendas, del fraude y la reelección ¿a cuenta de qué JOH desafiaba a un poder foráneo tentacular? ¿Calculó quedar bien -y protegido- por ser fiel acatador de la política yanqui, inclusive poniendo pala en mano -al lado de Tito Asfura y Heidi Fulton- el primer bloque en la faraónica sede diplomática que se edifica en los Próceres desde el 15 de marzo de 2019? ¿Creyó que concentrando mando y riqueza aseguraba inamovible inmunidad? ¿Confió en la Ciudad Santa de Jerusalén? Viéndole engrillado, en medio de la autoridad que hace poco arbitró, acuden los versos de Rodrigo Caro: “Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora, campos de soledad, mustio collado, fueron un tiempo Itálica famosa… ¡Oh fábula del tiempo, representa cuánta fue su grandeza, y es su estrago!”

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