Cuando se paralizó el mundo: Nos paralizamos todos

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27 de febrero de 2022
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12:51 am
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Cuando se paralizó el mundo: Nos paralizamos todos

Mesa de trabajo para dibujo y pintura.

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email: [email protected]

DANLÍ, El Paraíso. La segunda quincena del 2020 se paralizó Honduras, el mundo ya estaba viviendo la peor de las pesadillas de los siglos XX e inicios de un nuevo siglo. La muerte está al asecho de los ancianos y jóvenes adultos. De pronto todo había cambiado, los proyectos de toda índole paralizados, los templos cerraron, escuelas, colegios y universidades, las empresas semiparalizadas, los hospitales repletos de enfermos, médicos y enfermeras haciendo el papel de héroes en intensas jornadas, exponiendo sus vidas para dar vida a los contagiados de un virus hasta ese momento desconocido.

Las funerarias no daban abasto llevando la muerte a los cementerios, los medios de comunicación envueltos en el morbo seguían los carros fúnebres hasta la entrada de los cementerios para escuchar y transmitir los lamentos de dolor de los familiares. Resulta extenso describir todas las vivencias de aquel momento, lo que me hizo recordar aquel canto apocalíptico que dice: “El mercado está vacío, el trabajo ya cesó. El martillo del obrero su bullicio ya paró. Los que siembran en los campos terminaron su labor, las calles solas están, etc.”. Todo era sombrío. Situación que aprovechó el gobierno para decretar un estado de sitio para manejar a su antojo la información, aprobar recursos para la salud que nunca llegaron al pueblo.

Exposición de dibujo y pintura en el paseo “Lucila Gamero”.

Dejando de lado todo ese panorama triste del 2020-2021, el presente año abre oportunidades para recomenzar otra vez. Los niños en breve tiempo regresarán a las aulas, los jóvenes al colegio y la universidad. En el orden cultural, específicamente para la Casa de la Cultura en esta ciudad, toda la programación del 2020 quedó en suspenso la presentación de libros, obras de teatro, conciertos dedicados a la familia, las clases de música bajo la responsabilidad de los voluntarios de Corea que, regresaron a su país, sin ninguna posibilidad de reanudar los convenios de cooperación.

Un receso obligado, logrando conservar algunas actividades virtuales durante los dos años, muchas de la cuales con mucho contenido histórico y cultural solo fueron para conocimiento interno y redes sociales. A finales del año pasado la directora de la Casa de la Cultura, Lourdes Cruz, tomó la decisión de volver presencialmente a las actividades interrumpidas durante dos años. Los primeros en apoyar el regreso fueron los padres de los niños y varios gestores culturales voluntarios y amantes del arte en sus diferentes manifestaciones.

Lourdes Cruz con el dramaturgo Isidro España.

La primera actividad realizada siguiendo los protocolos de bioseguridad fue el concierto navideño con los niños que, a pesar de la ausencia prolongada, junto a sus padres aceptaron el reto de volver al escenario, llenos de entusiasmo. Para los niños fue como volver a la vida al escuchar los aplausos del público. Durante este tiempo, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones), regresaron con el fabuloso concierto vinculado con el drama de la Navidad.

Pero había otros actores que estuvieron pendientes del llamado, los niños dibujantes y pintores. Fue una experiencia maravillosa el reencuentro, muchos de ellos compañeros en la escuela que por primera vez se encontraban después de dos años. Durante diciembre y enero los futuros artistas del pincel demostraron su habilidad y creatividad, plasmando en la cartulina rostros y paisajes bajo su propia inspiración. El momento más emotivo para los artistas infantiles de las artes plásticas llegó el día de la exposición en los salones y pasillos de la Casa de la Cultura y posteriormente en el paseo Lucila Gamero de Medina de las calles compartidas frente al museo municipal.

Sala de teatro y público reducido por la pandemia.

Las clases de música que estuvieron bajo la dirección de los voluntarios de Corea, ahora son dirigidas por reconocidos maestros locales de la academia de música DO-RE-MI. Los instrumentos preferidos por los alumnos son teclado y guitarra. Históricamente Danlí fue una ciudad musical, el máximo representativo fue don Manuel de Adalid y Gamero, fundador y primer director de la Banda de los Supremos Poderes. También se recuerda a la emblemática “Banda de los Rojas”.

Lourdes Cruz Díaz, y su hija Linda, son las instructoras de los cuadros de danza infantil y juvenil. Cada sábado el ambiente y algarabía en la sala de teatro se hace sentir con niñas desde los 3 a 15 años. Los grupos de danza infantil desde hace varios años han sido el soporte fundamental para atraer a las personas mayores, especialmente cuando se realiza la noche de la familia que reúne a los abuelos, padres, tíos, hermanos y amigos. Todo se realiza en un ambiente familiar y pese a las restricciones por la actual situación de la pandemia, afortunadamente, los dos años de ausencia, no echaron a perder lo que se había sembrado.

Linda Mendoza Díaz, bailarina e instructora.

Es importante mencionar que el mayor éxito de la Casa de la Cultura ha sido trabajar con los niños. Uno de los primeros grupos que tuvo participación fuera de Danlí fue el coro, dirigido por la entonces directora Karen Dubois Zavala, con presentaciones en Nicaragua. El Teatro Nacional Manuel Bonilla y en televisión en el programa dominical “Abriendo Brecha”. Las obras de teatro dirigidas por Miriam Sevilla Rojas. Cuatro festivales de la cultura inmaterial, dos del festival del dulce y tantas otras actividades culturales son hasta hoy la mejor carta de presentación de lo que constituye Danlí en la historia y la cultura.

De los grupos infantiles surgidos desde principios del presente siglo, la mayoría de jovencitas, hoy son profesionales universitarias que jamás olvidaron sus raíces y el lugar donde dieron sus primeros pasos para el cultivo de valores. Linda Mendoza, la niña bailarina en encanto en los escenarios ahora es instructora. Entonces, sí existe una Casa de la Cultura que hace la diferencia a pesar de las limitaciones.

Clases de música para niños.
Cuadro infantil de danza, dirigido por Linda Mendoza.
Clases de dibujo y pintura.
Sonrientes y felices por regresar al escenario.
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