Investigadores del Cuerpo de Bomberos tratan de confirmar las causas del incendio de cuatro buses, la tarde del sábado, en la colonia San Miguel.
El sector transporte es de nuevo blanco de bandas y pandillas que han dejado saldos trágicos en diferentes sectores de Honduras, especialmente en Tegucigalpa y San Pedro Sula.
Un hecho reciente fue la muerte violenta del conductor de una mototaxi, a causa de varios impactos de bala que le infirieron supuestos extorsionadores en colonia Arturo Quezada, en el extremo oeste de Tegucigalpa.
El fallecido, Franklin Isaac Núñez (18), se aprestaba a llegar a uno de los puntos para recoger pasajeros cuando de repente le salieron hombres en motocicleta para matarlo sin misericordia.
Los empleados del transporte protagonizaron una protesta la semana anterior en esa misma zona donde aconteció el crimen, debido a que ya no aguantan a los cobradores de impuesto de guerra, integrantes de diferentes bandas y de pandillas juveniles.
“Yo le dije que no fuera a trabajar porque se había puesto peligroso, pero me dijo que tenía que conseguir dinero para la comida”, recordó bañada en llanto la madre de Núñez. “Me arrebataron a mi niño, solo tenía 18 años”, agregó la progenitora.
El joven conductor tenía su domicilio en la colonia Fátima aledaña al cementerio Santa Anita. “Ya me voy abuelita, écheme su bendición”, recordó por su parte la abuela del infortunado mototaxista.
Elementos de la Policía Nacional que desplegaron un fuerte operativo con apoyo de cámaras del Sistema Nacional de Emergencia 911, encontraron la moto utilizada en el crimen en un taller del barrio La Guazalona, colindante con El Pedregal.
QUEMA DE BUSES
Mientras, un equipo del Cuerpo de Bomberos continuaba ayer en las investigaciones para esclarecer las causas del incendio de cuatro unidades del transporte urbano en un parqueo de la colonia San Miguel, en el extremo oriente de la capital de Honduras.
El teniente de bomberos Suárez, insistió que los investigadores son los únicos que pueden dar un reporte, sobre si el incendio fue accidental o hubo mano criminal.
Se trata de unidades conocidos como los “buses amarillos” de las rutas Tiloarque-La Sosa, Carrizal-La Sosa y Kennedy Cerro Grande, que iban a operar a partir del próximo martes 1 marzo después que permanecieron paralizadas por causas de la pandemia.
La criminalidad y la delincuencia se han incrementado en el transporte público a nivel nacional, según dirigentes del rubro, quienes solicitan a las autoridades de la Secretaría de Seguridad acciones concretas. Lo que los abate “por más de una década, es la extorsión, de acuerdo con la denuncia.
