El futuro electoral del Partido Nacional

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11 de marzo de 2022
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12:36 am
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El futuro electoral del Partido Nacional

CONTRACORRIENTE

Por: Juan Ramón Martínez

El Partido Nacional, que perdiera las elecciones en noviembre recién pasado, no es un cadáver político; ni mucho menos. Las fallas que produjeron los resultados que lo alejaron de una victoria que creían segura, son coyunturales. Los nacionalistas que no fueron a votar o lo hicieron por la alianza, favoreciendo a Libre y PSH, lo hicieron por rechazo al gobierno de JOH. Estructuralmente, sigue siendo el principal partido de oposición y dentro de la lógica extraña de las decisiones emocionales del hondureño, cuenta con el principal activo a su favor: la feroz oposición de Libre que, en la práctica, ha sustituido como elemento diferenciador de las posiciones políticas, al Partido Liberal. Como se sabe, los partidos políticos hondureños son indefinidos y, además, sus votantes están animados y definidos por su negación, frente a sus adversarios. Tradicionalmente, por lo menos hasta ahora, el nacionalista era la persona que no era liberal. Es decir, una definición negativa. Ahora, con los ataques de Libre y menos de PSH, cuya dinámica hacia la desaparición ya ha empezado a manifestarse, le permiten defenderse a los nacionalistas de la peor encerrona de su historia de los últimos cuarenta años y potenciarse, porque Libre, le obliga a desmarcarse y definirse. Es decir que entre peor le vaya a JOH en Nueva York, mejor será para el Partido Nacional. La emotividad victimista del hondureño, le redundará positivamente al Partido Nacional de la misma forma que a Libre le vaya pasando factura, las decisiones, incorrectas y sin diferenciar, como el considerarar que sus bases son homogéneas y ovejunas, que operan emocionalmente bajo las mismas consideraciones, su caudal se irá agrietando, favoreciendo con ello al Partido Nacional. La invisible división entre el machismo de Zelaya y el feminismo de Xiomara Castro y Beatriz Valle, es un activo favorable al Partido Nacional.

Además, el Partido Nacional, tiene una bancada de 44 diputados. La más importante del Congreso Nacional de facto que opera actualmente. De modo que, con el número de diputados podrá imponer sus consideraciones, en la elección del Fiscal, la integración de la Corte Suprema de Justicia y el Tribunal de Cuentas. Y si vuelven a hacer la jugada política como el pacto que construyeron con Jorge Cálix y sus compañeros, el Partido Nacional, será una espina de pescado en la garganta de Libre, partido que carece de estructura institucional, de disciplina partidaria y que su vocación caudillista está al final de su jornada, en vista del inevitable envejecimiento de su fundador y líder máximo, sin que tenga en el futuro quién le sustituya. En Cuba Raúl sustituyó a Fidel; pero ambos eran guerrilleros. Aquí son familiares y la figura de Jorge Cálix, la quemaron prematuramente.

Por supuesto, el Partido Nacional, tiene todas las de ganar en las próximas elecciones. Hasta ahora, su marcha en el desierto parece corta. No por sus méritos, sino por los errores de Libre, por su nerviosismo, su aislamiento y su sectarismo amenazante que, favorece a las fuerzas de la oposición que, igual que ellos en su momento, las aprovechará el Partido Nacional. Para lograrlo, el partido que fundara Carías Andino en 1923, necesita deshacerse en la dirección de jóvenes, sirvientes de líderes esbozados. Eso lo hizo Zúñiga Agustinus con los universitarios; pero era cosas de muchachos irresponsables. Ahora, necesitan buscar jóvenes serios, un Callejas por ejemplo, que le dé esperanza al electorado. Y sin necesidad de pedir perdón como hiciera Jorge Zelaya con inocencia, olvidando que los partidos no cometen delitos, sino que solo sus miembros. Y es a ellos a los cuales pedirle cuentas. Porque el castigo a los partidos que faltan a sus deberes, corresponde al electorado y no el perdón de los adversarios como creen algunos.

Por supuesto, tienen que modificar esa estructura cuasi soviética, que llevó Lobo a la dirección del nacionalismo. Deben volver a una estructura democrática descentralizada, en que el Comité Local, sea la base y el eje del poder. Para que, desde abajo hacia arriba, fluya el poder hacia la cúpula, revertiendo la tendencia negativa actual que le facilitó a JOH, incurrir en los graves errores cometidos. Finalmente, los nacionalistas, tienen la suerte que el Partido Liberal, sigue manifestando sus tendencias suicidas. Lo que les favorece. Porque todo el rechazo hacia Libre, dentro de cuatro años, será suyo, exclusivamente.

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